El retablo del Papa ya es recuerdo

Tras el acto de despedida, que tuvo lugar en la noche del martes, ayer empezó el desmantelamiento del retablo de Ñu Guasu. Las piezas serán distribuidas en distintos lugares, pero las imágenes de los santos serán llevadas a la iglesia de La Encarnación.

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El equipo de trabajo del artista plástico Koki Ruiz desmanteló ayer el majestuoso retablo que recibió al papa Francisco durante la misa central en Ñu Guasu.

El artista, cuya labor ha sido admirada por varios medios internacionales y por el mismo papa Francisco, dijo que la cruz de hierro elaborada especialmente para este evento será llevada a alguna comunidad campesina, como recuerdo de tan importante evento. “Lo tendrán allí como recordación antes de cada cosecha”, expresó.

Por su parte, las imágenes de San Ignacio de Loyola y de San Francisco de Asís, que adornaban cada extremo lateral del retablo, irán a la iglesia de La Encarnación de Asunción, por un tiempo “considerable”, en exposición para los fieles, dado que se trata de un arte efímero.

El resto del retablo desmontado ayer de mañana será distribuido a quienes quieran y “tengan real interés en conservarlos como lo que realmente son y por el significado que tienen”, adelantó Koki Ruiz a ABC Color.

Para su distribución, todas las piezas serán llevadas al teatro El Molino de San Ignacio (Misiones), donde fueron preparadas.

Hay que aclarar que no son aptos para consumo, dado que llevan una capa de barniz, que es lo que posibilitó que se mantuvieran todo este tiempo.

En la noche del martes varias personas participaron de la misa y del festival de despedida bajo la lluvia y con un viento bastante fresco.

El retablo estaba compuesto de una base de 40 metros por unos 20 metros de alto y adornado con productos agrícolas. En su elaboración se utilizaron 32.000 espigas de maíz, 200.000 cocos y 1.000 calabazas. La particularidad de los cocos fue que cada uno tenía escrita una petición particular, de personas de diferentes partes del país.

Familias enteras fueron llegando al sitio el lunes y martes para apreciar la majestuosa obra, antes de pasar a la historia y quedar en el recuerdo de todos los paraguayos.

“No se trata de repartir alegremente las piezas, sino vamos a tener cierto cuidado a quien entregamos para que sean significativos. Para quienes valoren como lo que es”, insistió el artista, quien ayer autografió algunas mazorcas y se las regaló a algunos periodistas y colaboradores.

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