El “Carlos Slim de Guatemala”, el dueño del Paseo La Galería

Cuando se vendió la esquina de Aviadores del Chaco y Santa Teresa y se supo que el comprador era un cierto guatemalteco del que nadie tenía noticias y que supuestamente quería invertir en Paraguay, quien más quien menos pensó que todo aquello era una pantalla, algún prestanombre que venía a lavar el dinero de algún capo de la mafia con un proyecto fantasma, hasta se llegó a afirmar que incluso lo del tal guatemalteco era un invento. Pero don Mario López, el “Slim de Guatemala”, sí existe, está en Asunción, vino para inaugurar mañana el “Paseo La Galería”, producto de la mayor inversión privada extranjera que se radica en el país.

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Mario López Estrada, presidente de Blue Tower Ventures, incluido desde 2015 en la lista de Forbes de magnates con fortunas personales superiores a los 1.000 millones de dólares, permanente e inevitablemente comparado con el mexicano Carlos Slim, su principal competidor en el campo de las telecomunicaciones, es, como buen centroamericano, un señor afable y campechano, con sentido del humor y pasión por el arte, aunque tiene fama de implacable en los negocios y de no dormirse jamás en los laureles.

En los últimos años estuvo varias veces de incógnito en Paraguay y asistió al lanzamiento del proyecto Paseo La Galería en 2013, pero en aquel momento aquí nadie todavía lo tomaba muy en serio ni a él ni a su emprendimiento. Hoy exhibe una carta de presentación muy diferente: un imponente centro comercial y corporativo de más de 250.000 metros cuadrados en el mejor lugar de Asunción, construido en tiempo récord con una inversión de 200 millones de dólares.

–Ahora que se cierra una etapa, ¿cuál es el balance de su experiencia en Paraguay?

–Bueno, mire, la experiencia en Paraguay desde el principio fue, cómo le dijera yo, agradable, divertida y retadora. Cuando yo llegué a Paraguay por primera vez vine a un tema de negocios por un par de días, sin intención de analizar nada de fondo. Pero enseguida me llamó la atención y me gustó Asunción, una ciudad muy verde, muy bonita, tranquila, así que decidí quedarme más tiempo y empecé a pensar en buscar algo para invertir.

–Mucha gente aquí se pregunta quién es este guatemalteco, de dónde sale su fortuna, ¿cuál es su historia, don Mario?

–Yo soy ingeniero, nací en Guatemala, estudié en Guatemala, al principio trabajé como ingeniero constructor, teníamos construcción de casas, edificios, después entramos a carreteras, después entramos a telecomunicaciones y hoy día hemos incursionado en muchos campos, tenemos telecomunicaciones, bienes inmuebles, energía solar, muchos proyectos de diferente tipo.

–Leí que usted fue ministro de Comunicaciones del gobierno de Vinicio Cerezo.

–Así es.

–¿Fue allí que se involucra en este negocio?

–No, en realidad no fue allí. Yo me involucro empresarialmente con las telecomunicaciones como cuatro años después, cuando surge la telefonía celular, allá por los años 1993 y 1994.

–También leí que estuvo en el lugar correcto, en el momento preciso, cuando nadie creía en la tecnología celular.

–Es que verdaderamente era un producto completamente nuevo. En esa época nadie podía imaginarse que uno podía hablar por teléfono caminando. Nadie lo creyó y todos pensaron que era un producto que iba a fenecer muy rápidamente o no iba a lograr salir adelante.

–Aquí pasó algo similar, se decía que era para un nicho muy pequeño de gente rica.

–Era carísimo. Originalmente los teléfonos celulares en Guatemala costaban algo así como 1.000 dólares. Actualmente se regalan prácticamente los teléfonos.

–¿Y cómo fue? ¿Usted participó en la privatización de la telefónica estatal?

–No, no, la privatización de la empresa pública guatemalteca se hizo como dos gobiernos después. Aquello fue una subasta pública internacional para explotar la banda de frecuencia de telefonía celular, no tenía nada que ver con la empresa estatal. La empresa estatal siguió trabajando como por diez años más, luego la privatizaron y ahí fue cuando entró la empresa Claro (Carlos Slim).

–Usted es socio de Millicom en Tigo, ¿no es así?

–Sí, es la número uno en mi país, tenemos cerca de 9 millones de clientes en Guatemala, con una población de casi 18 millones. Nuestra compañía tiene el 53 o 54 por ciento del mercado. Hay más teléfonos celulares que gente.

–Igual que aquí, se convirtió en un servicio universal, es un fenómeno curioso ese.

–Es que cambió la vida de mucha gente, nosotros le llamamos al teléfono celular el “machete moderno”, es una gran herramienta de trabajo. Por ejemplo, antes, si había un campesino que sembraba tomates, usualmente estaba metido en la montaña haciendo su siembra con toda su familia, como se acostumbra en Guatemala, y cuando el tomate estaba a punto de madurar, pues bajaba al pueblo a buscar a alguien con una pickup que llevara su producto al mercado mayorista. Pero llegaba, no estaba el señor, finalmente contrataba a alguien que le cobraba bien caro, llevaba su tomate al mercado, y ahí el que compraba le pagaba nada, porque sabía que si no lo vendía se le pasaba. Esa era la situación antes del teléfono celular.

–Muy distinta a la de ahora.

–Ahora el campesino está con su familia sembrando y cuando ve que llega el momento agarra el teléfono y llama a seis o siete pickups a ver quién le hace el mejor precio, elige el más barato, luego llama a los compradores, les dice: mire tengo tantas libras de tomates ¿cuánto me pagas? y le vende al que más le paga. Ganó por partida doble, consiguió el transporte más barato y vendió su producto al mejor precio. Eso es el teléfono celular.

–¿Hasta hoy sigue siendo su principal fuente de negocios?

–Sí, pero tenemos tres áreas de trabajo fuertes. Somos los mayores productores de energía solar de Centroamérica.

–¿Es rentable?

–Claro que sí, muy rentable, ya tenemos la segunda planta de energía solar más grande de América Latina. La tercera área es la inmobiliaria, tenemos mucha construcción.

–¿Es cierto que el de Asunción es el proyecto más grande que tienen fuera de Guatemala?

–Fuera de Guatemala, sí.

–¿Por qué Paraguay?

–Como le decía, vimos que Asunción ofrecía una gran oportunidad, o al menos una buena oportunidad. En ese momento Paraguay estaba en el punto de inflexión, cuando iba a comenzar a elevarse, nosotros lo vimos, lo analizamos. La moneda tenía como doce años de no moverse, la macroeconomía estaba muy bien, el crecimiento del Producto Interno Bruto llegó hasta el 14%, eso era increíble, la situación era muy especial y lo sigue siendo, Paraguay creo yo que tiene muchísimo futuro, muchísimo. Por alguna razón que yo desconozco, estuvo como dormido por muchos años, pero ahora creo que tiene la gran oportunidad de crecer muy rápidamente sin cometer los errores que cometieron sus vecinos, mire cómo está Brasil, cómo está Venezuela, aquí la historia es muy distinta, y se ven los resultados.

–Lo bueno de los malos ejemplos.

–Exacto. Y algo importante es que el país verdaderamente está cambiando para bien. Cuando yo llegué me decían que tuviera cuidado, que todos me iban a pedir “ayudas”, y para ser honesto a nosotros nunca nadie nos pidió nada, ni siquiera una insinuación, eso dice mucho de Paraguay.

–Ya que lo menciona, no puedo dejar de preguntarle sobre ese incidente sobre supuestos sobornos en Tigo Guatemala, con su empresa.

–Mire, ese es un tema que surgió, hubo unas quejas en los tribunales de Estados Unidos y de Suecia, una reacción de algunos funcionarios de Millicom, pero la verdad es que no pasó de allí, nunca se encontró nada irregular.

–Todavía hay quienes creen aquí que usted viene a lavar dinero.

–Hoy día el lavado de dinero se ha vuelto muy difícil, porque todos los movimientos financieros que se hacen de un país a otro tienen que pasar forzosamente por bancos americanos, y en ese momento se deja un rastro. Entonces, para un emprendimiento de esta envergadura, yo tengo que ser capaz de justificar el origen de los recursos. Alguien como yo no podría lavar dinero en algo así.

–¿Está pensando en nuevas inversiones aquí, conoce a otros guatemaltecos que usted pueda traer para acá?

–Por supuesto que sí, y ya hemos traído amigos para que conozcan, algunos ya se están interesando.

–La energía solar tiene acá mucho potencial.

–El tema es que Paraguay es uno de los países que más energía tiene. Lo que no tiene son redes de transmisión, entonces creo que el negocio aquí estaría en construir redes de transmisión.

–Si se abriera al sector privado la posibilidad de invertir en el sector eléctrico, por ejemplo en líneas de distribución, ¿le interesaría?

–Sin ninguna duda. Lo ideal es que sea el sector privado el que construya todo. En Guatemala los privados construyen las redes de transmisión y los generadores pagan un peaje por trasladar su energía.

–¿Funciona?

–De lo más bien.

–¿Cuáles son sus expectativas con el Paseo La Galería?

–Hemos tenido una muy buena acogida, por lo menos de la gente de las tiendas, lo hemos alquilado en un 95% antes de abrir, eso es bastante difícil, usualmente se considera bueno abrir un centro comercial con un 80% de ocupación. Creemos que va a ser un punto de encuentro para la gente de Asunción. Los centros comerciales modernos ya no son lugares para ir a comprar, sino para ir a pasear, a divertirse y, además, comprar. Por eso lo hemos llamado “Paseo” La Galería.

–Además han incorporado mucha tecnología.

–Eso es bien importante. En las diferentes etapas invitamos a estudiantes de las facultades de ingeniería y de arquitectura a que vinieran a ver nuevos métodos de construcción, nuevas formas de acelerar procesos. Este proyecto se hizo en un año y medio, nadie creía que lo íbamos a hacer, nos decían que como mínimo cinco años, y aquí estamos terminándolo.

arivarola@abc.com.py

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