Despiden a una luchadora

FILADELFIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). Ayer fue sepultada la luchadora por niños desfavorecidos Helga Dueck (74), en un funeral que contó con la participación de muchas personas de diferentes culturas. Toda su vida trabajó como educadora, primero en escuelas indígenas de Yalve Sanga y Cesarea.

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En 1996 fundó la escuela de sordos “Rayito de Luz”, para ayudar a sordos de familias de escasos recursos. Con ayuda de voluntarios adquirió un edificio, convertido en escuela e internado, aprendió el lenguaje de señas y convenció a varios padres de familias criollas e indígenas a confiar a sus hijos a la nueva institución.

Durante la inauguración del edificio en 2001 Dueck dijo: “Este es el quinto año que trabajo con alumnos sordos. Es lindo ver crecer la obra. Muchas veces me parecía tan difícil, pero Dios siempre abre puertas”.

En 2009 luchó casi sola por un niño brasileño, maltratado en una estancia y encontrado desnudo, descalzo y hambriento. Trastornado fue entregado a la escuela de sordos, porque no hablaba, pero poco después se desarrolló bien.

En noviembre 2011 la escuela cerró sus puertas, después de ofrecer a más de 40 niños sordos indígenas y criollos una educación especial durante 15 años. Dueck dijo que la institución dejará de funcionar, porque hace tres años buscan y no encuentran quien pueda seguir dirigiéndola. Indicó que ella hace 65 años camina como impedida física, con muletas, y llegó el tiempo de descansar. Dijo sentir mucha satisfacción en el trabajo, sobre todo cuando alumnos sordos llegaron a la escuela con cara petrificada, pero pocas semanas después ya empezaron a reírse y comunicarse con señas. Reclamó trabajo para ellos, para que se sientan útiles y valorizados. El nombre de Helga Dueck debe seguir vivo en alguna escuela, promoción o calle urbana.

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