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“Ya presentía una condena segura para los imputados, luego de escuchar las opiniones de los defensores”, comentó, tras recordar que al inicio del proceso fue contactado por el Comité de Iglesias para Ayuda de Emergencia (Cipae) para trabajar en la defensa de los acusados, tarea de la cual se apartó posteriormente.
Aseretto destacó que en la ocasión, estableció dos condiciones para apoyar el trabajo desde la defensa: no incidentar por incidentar y evitar toda injerencia política.
“En la primera reunión, me opuse terminantemente a que se planteen acciones dilatorias, circunstancia que no fue del agrado de los demás abogados. Días después contacta conmigo monseñor (Mario Melanio) Medina y me dice que los demás abogados quieren que me separe del caso porque soy liberal. Por supuesto que me separé”, indicó.
Aseretto se mostró escéptico respecto a la posibilidad de recurrir a organismos internacionales, pues primeramente se deben agotar las instancias nacionales (apelación, nulidad, casación y revisión), de lo contrario, toda presentación será nula.
Asimismo, el profesional lamentó la reciente ocupación de la sala de juicio oral y público por parte de letrados y simpatizantes de los condenados por la masacre de Curuguaty, pues a su criterio, la acción deja un mal precedente y desacredita al Poder Judicial.