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El caso de acoso sexual contra Alexandra Torres saltó a la luz pública el 5 de diciembre, cuando la joven presentó una denuncia fiscal contra el presbítero Silvestre Olmedo. Después aparecieron otros tres casos similares, pero las presuntas víctimas prefirieron no denunciarlo públicamente.
Torres señala en su denuncia que el ahora suspendido cura párroco de Limpio, Silvestre Olmedo, la venía acosando con palabras y gestos desde mediados de este año. El 21 de setiembre le acarició la espalda y los senos.
Relató que calló por temor al que dirán, pero después decidió exponer el caso ante los integrantes de la Pastoral Juvenil en una asamblea extraordinaria.
Como resultado, los más antiguos de la agrupación le aconsejaron que informe el caso ante el titular del Decanato 9, con sede en Luque y del cual depende la parroquia San José de Limpio, monseñor Dionisio Echagüe.
Recurrió a Echagüe y el religioso la derivó con el arzobispo metropolitano de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela. El prelado lo único que hizo fue pedirle “que ore por el sacerdote”, según señaló.
Todo esto la motivó a alejarse de las actividades de la parroquia, relató.
Monseñor Valenzuela dijo ayer que recibió el escrito de denuncia el 4 de diciembre y enseguida emitió un decreto para la constitución de una comisión de investigación para este caso que es acoso sexual en mayores.
“El derecho canónico nos invita siempre en estos casos a hacer un proceso correspondiente. Hasta que no se termine la investigación siempre hay la presunción de inocencia. Es muy importante esto; no porque hay una acusación, hay una condenación”, indicó.
El derecho canónico se basa en el derecho romano y el derecho romano es siempre muy respetuoso de la dignidad en la persona humana.
“Entonces, debemos ser muy respetuosos por quien denuncia y por quien resulta denunciado”, dijo.
La comisión de investigación está compuesta por el vicario general, el padre Óscar González; monseñor Dionisio Echagüe y el exvicario general y canciller, el cura Martín Ortiz.
Comenzarán a indagar cuando terminen las fiestas de la Virgen de Caacupé, señaló.
El religioso puede mientras tanto celebrar misas en forma privada. Si se confirma su culpabilidad, debe ir a su casa, sostuvo el arzobispo.