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Cuando el argentino Ibar Pérez Corradi hace una acusación tan severa es difícil no acordarse que quien lo dice es una persona que cuando fue detenido negó que él fuera él. Pero además de eso, está acusado de tres crímenes, tráfico de drogas y lavado de dinero.
Sin embargo, en el rubro de drogas sintéticas, el argentino parece hablar con suficiencia de los nombres genéricos de las drogas que va citando. Consultamos con investigadores argentinos si además de la efedrina, también manufacturaba esto y dicen: “Sí, a eso se dedicaba”.
Según informes a los que accedió ABC Color, en la declaración que obra ante la Fiscala Sandra Quiñónez hay minuciosos detalles de como “cocinaban” distintos tipos de drogas en un laboratorio casero en pleno Paraná Country Club.
Se diversificó
Éxtasis. Metanfetaminas. Falsificación de anabólicos y esteroides. Y efedrina. “A eso se dedicaba, es lo que sabe”, nos confirmó una fuente fiscal argentina.
Cuando preguntamos a Pérez Corradi si la droga que fabricaban es también para Argentina como para el Brasil, dudó: “La verdad que me suena difícil porque Argentina tiene todo montado para eso y no creo que de acá, de Paraguay, vaya para allá”. Le pedimos más detalles de cómo funcionaba el laboratorio y dónde estaba y se mostró esquivo.
Reemplazó los detalles solicitados con más ataques al “árabe”, como él lo llama, Mohanad Khalife, quien en nuestra redacción admitió tener negocios con Pérez Corradi (al que conocía como José Luis Fernández). Sin embargo, Khalife asegura que eran transacciones totalmente lícitas con suplementos deportivos.
–El señor Khalife nos aseguró que tiene una cuenta bancaria con pocos miles de dólares, un negocio de 45 metros cuadrados y un depósito en un barrio marginal... Que si facturara los millones que Ud. dice no estaría así.
–¿Y con eso se paga una casa enorme en Brasil y con eso se está comprando una casa de más del millón de dólares y con eso el hermano tiene un Mercedes, no lo vi yo, pero me dijeron que es de esos autos que abre las puertas para arriba? Tiene todo eso con el contrabando de anabólicos que hace a Brasil, que no va a contar. El árabe tiene un cliente de metanfetaminas en San Pablo. El árabe que está en San Pablo vende metanfetaminas como si fuera manzanilla!”.
El “negocio”
–¿Cuál es el negocio exacto, efedrina o metanfetaminas o éxtasis?
–Anabólicos, metanfetaminas, medicamentos falsificados y agroquímicos.
–¿Usted en qué parte de ese engranaje entra?
–Yo lo ayudé en la parte de los anabólicos, falsificar anabólicos, todas esas cosas, falsificar Tramyl, las cosas de Landerlan y eso… y parte en las metanfetaminas. El que se encargaba de conseguirme las cosas para trabajar y esas cosas era el árabe.
–Inteligencia de Argentina lo vincula a Ud. con un chino de nombre Chen Chun Chao.
–No hay ningún chino metido… yo conozco a varios chinos. No cometí ningún delito con ningún chino y hasta donde yo sé no hay ningún chino que haya cometido ningún delito”, dice. Y es la segunda vez que trata de quitar responsabilidad del hombro del chino quien al momento de redactar esto sigue prófugo.
mabel@abc.com.py