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El hacinamiento es constante debido a que la población demandante creció en los últimos años.
Hace unos 15 días no disponían de monitores de signos vitales, el equipo de anestesia requería urgente mantenimiento al igual que el autoclave (máquina esterilizadora de material médico).
El director de la institución, Dr. Gabriel Aguilera, confirmó que ante la necesidad adquirieron un monitor de signos vitales mediante gestiones con el Consejo Local de Salud (CLS).
Los dos monitores de cuidado crítico de la Urgencia fueron llevados por una empresa para reemplazar las placas inservibles.
El Dr. Aguilera reconoció que la infraestructura de la sede sanitaria ya resulta pequeña para los más de 200 pacientes que atienden a diario, provenientes de Itá, Caacupé, Itauguá y otras comunidades aledañas. “Si hay lugar, se le hace sentar; y si es muy urgente, pasan adentro”, acotó. En ocasiones, el hospital en sí se parece a “un mercado”, refirió.
Entre las medicinas faltantes mencionó los antibióticos esenciales, como amoxicilina, sulbactam y ampicilina.
Dijo que proyectan junto al CLS y la Koica (agencia de cooperación del gobierno de Corea) la ampliación del área de Urgencias.