Atrapados en las florecientes redes de explotación infantil

Mendicidad, prostitución, drogadicción y delincuencia. Estos son elementos comunes en la vida de muchos niños en situación de calle en Paraguay. Espeluznante. Indignante. Pero real. Esta terrible realidad existe hace muchos años, las víctimas son numerosas, los responsables también, pero los procesos son escasos. De condenas ni hablemos porque no existen, aunque las pruebas abunden.

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“No me digan que es parte del paisaje que la tercera edad esté abandonada, no me digan que los niños de la calle son paisajes naturales del Paraguay, no me digan que los jóvenes deben seguir esperando; los niños, los jóvenes y la tercera edad ya no pueden seguir aguardando a que se los atienda”, expresó el entonces líder del movimiento Honor Colorado y precandidato colorado a la Presidencia de la República, Horacio Cartes, en un acto político realizado el 25 de setiembre de 2012 en Villa Elisa.

En el discurso de Cartes hay grandes verdades. Una de ellas es que los niños de la calle se han integrado al paisaje de nuestro país.

Desde hace varios años, los niños en situación de calle se encuentran tristemente integrados al paisaje de las grandes ciudades de nuestro país.

Impulsados por el hambre, en el afán de paliar las necesidades de sus familias u obligados por adultos que los explotan, muchas veces sus propios padres, se escurren entre los autos, hacen malabares o suben a los buses ofreciendo estampitas y caramelos a cambio de monedas.

En muchos casos, ese estado de vulnerabilidad es también aprovechado por redes de adultos inescrupulosos que los utilizan para perpetrar pequeños robos, distribuir drogas y hasta para lucrar con sus cuerpos.

En estas condiciones, muchos niños, niñas y adolescentes han caído en la drogadicción, sin que el Estado cuente con la suficiente infraestructura para asistirlos.

Un trabajo realizado por la Secretaría Nacional de la Niñez en 2011 detectó nada menos que 138 focos en Asunción y Central, de los cuales 75 correspondían a nuestra capital. Foco es el nombre que le dan a los lugares que registran concentración de niños mendigos.

Detrás de estas criaturas hay una historia de abandono, miseria y violencia que hace trizas de su infancia y, sin dudas, tendrá secuelas en el futuro. En ese entonces, a todos nos alcanzará las consecuencias de la dejadez que estos niños sufren hoy en soledad.

Otra de las verdades que dijo Cartes es que ellos no pueden seguir aguardando que se los atienda.

Precisamente por esto, en esta serie contaremos historias de algunos de los involuntarios protagonistas de esta triste realidad, en la esperanza de que puedan recibir la debida atención de las autoridades.

Los números de la Niñez

La Encuesta Permanente de Hogares 2013 de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos revela que aproximadamente 2.084.000 personas tienen 15 años o menos, lo cual representa el 31% de la población total, estimada en 6.700.000. El 56% de esta población vive en áreas urbanas (1.160.000 niños y niñas) y el 44% en áreas rurales (922.000 niños y niñas).


705 mil niños y niñas de 15 o menos años viven en hogares en situación de pobreza, de los cuales 320.000 están en pobreza extrema.

60 mil niños y niñas con edades de 6 a 15 años están fuera del sistema escolar, según la Encuesta de Hogares 2013 (DGEEC).

416 mil se encuentran en situación de trabajo infantil (trabajo prohibido); y de ese número, 47.000 niños y niñas están en situación de criadazgo.

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