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“Creemos que hemos sembrado semillas y dejado huellas. No podemos dejarnos mancillar por una situación que da pie a que hoy tenga que salir de la institución, por culpa de un minúsculo grupo de hombres que visten el uniforme que expone a la Policía Nacional, pero eso no debe hacer mella en el espíritu, esto debe dar fortaleza y coraje para seguir trabajando. Necesitamos de hombres y mujeres con vocación de servicio”, afirmó Alvarenga al hacer uso de la de despedida.
Fue durante la ceremonia de traspaso celebrada ayer en el “Salón Rojo” de la Comandancia del a Policía Nacional.
El comandante saliente recordó en un instante de su discurso que está siendo atacado y vapuleado por el escándalo de corrupción que se le imputa, en referencia al millonario desvío de tarjetas de combustibles destinados para los móviles policiales.
Atacado y vapuleado
En su discurso de despedida, el comandante saliente dio una “cátedra de honestidad”, al señalar que siempre quiso hacer el bien en todos los sentidos y que demostrará su inocencia ante los estrados judiciales.
“En este momento soy el más atacado y vapuleado en todos los sentidos, pero puedo garantizar a todos que este hombre ha querido hacer bien en todos los sentidos y voy a demostrar mi inocencia ante la Justicia”, señaló con voz entrecortada.
“Nos olvidamos de la parte suprema que es la administrativa y en ese orden me voy defraudado porque los hombres que estaban conmigo no fueron leales y no me alertaron de esta situación. Pero puedo asegurarles que voy a salir de esto y dejo un mensaje a los que quedan: sean policías honestos, leales y sean permanentemente cooperativos al comandante”, acotó.
Alvarenga también instó a su sucesor en el puesto, el comisario general Críspulo Sotelo, a no descuidar el área administrativa y aseguró que va a salir de la situación que atraviesa.
“Hay muchas cosas que hacer en el área administrativa. Que no le ocurra lo que me pasa a mí. Voy a salir de esto”, finalizó.
El nuevo comandante de la institución, Críspulo Sotelo, por su parte, instó a todos los efectivos de la Policía Nacional a trabajar con honestidad y sostuvo que durante su gestión se priorizarán la seguridad ciudadana y el respeto a los derechos humanos.
Implacable
El ministro del Interior, Francisco de Vargas, quien presidió la ceremonia de traspaso, recordó a los funcionarios de la Policía Nacional que los cargos públicos son para servir a la sociedad y no para satisfacer las necesidades personales y llenarse los bolsillos,
“Como hombre de derecho, deseo que se haga justicia. A los oficiales superiores que están asumiendo cargos de relevancia, cargos de decisiones en la Policía Nacional, quiero enviarles un mensaje muy particular: esto va a continuar mientras no sepamos comprender que los cargos tienen una misión institucional; mientras no sepamos comprender que los cargos no son una oportunidad para satisfacer beneficios personales o egoístas, todo va a continuar igual”, expresó el secretario de Estado durante la ceremonia en la Comandancia.
También resaltó el juramento de cumplir con las leyes, que obliga a las autoridades a actuar de manera “implacable” ante los hechos de corrupción.
“El juramento y las leyes nos obligan a ser implacables con aquellos que fallan y a ser implacables con aquellos que ven los cargos como una oportunidad para llenarse los bolsillos”, sentenció De Vargas.
“Debemos comprender que es justo que la sociedad nos exija; debemos comprender que el cambio debe partir de nosotros mismos”, subrayó.