Volver a la filosofía y al latín, claves para ser buen profesor y buen médico

Médica, una de las fundadoras de la Academia de Medicina del Paraguay, y sobre todo, docente, la Dra. Amelia Paulina Vda. de González (95) encuentra muchas falencias en las dos áreas más sensibles para la población paraguaya: salud y educación. Asegura que “los buenos doctores y buenos maestros deben leer filosofía y latín”.

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Nació un día como hoy pero del año 1919. Mayor de cuatro hermanos, conoció los rigores de las sucesivas revoluciones que golpearon el Paraguay en el siglo XX.

Su padre, Juan de la Cruz Aguirre, estuvo en medio de la pelea entre los saco puku, al lado del Cnel. Chirife y Eduardo Schaerer, con los saco mbyky, de Eligio Ayala y otros, entre 1922 y 1923. Los saco puku perdieron en Ka’i Puente, Encarnación. El grupo se desbandó hacia la Argentina. Su madre, Josefina de Vargas, era nieta de don Pacífico de Vargas, propietario original del Palacete de Vargas (Presidente Franco y O’Leary), actual sede de la Vicepresidencia de la República.

Doña Josefina se enteró, a través de una carta, que su esposo había fallecido poco después en el vecino país. Amelia casi no lo conoció a su padre, pues tenía solo 4 años.

Su abuelo, Carlos de Vargas Rivarola, fue más prolífico y tuvo 14 hijos para quienes habían adquirido una enorme propiedad en la zona del viejo Hospital de Clínicas y que lindaba con el Mangrullo, hoy Parque Carlos A. López. “Vivíamos en esa quinta surcada por enormes raudales. No había casi otras casas. Era un monte que iba hasta la usina de Sajonia”.

De cómo llegó a estudiar medicina la Dra. Amelia Aguirre cuenta: “Yo tenía una pasión por ver muertos. Nunca los había visto. Se hablaba en casa y en mi cabeza siempre estaba flotando. Con las revoluciones traían los cuerpos al Anfiteatro de Clínicas. Nosotros cruzábamos un puente sobre los barrancos y llegar hasta allí y veíamos a los estudiantes de Medicina. Eso me entusiasmó y terminé comulgando con ellos”.

La educación de hoy día, tanto universitaria como secundaria ya no es la misma: “Todo está mal. No están enseñando cosas que son para nuestra manera de vivir. No tenemos casi sociólogos. No leen más filosofía”.

Para la profesora emérita de la Universidad Nacional de Asunción también es crítico que en el Ministerio de Educación no se dé lugar a los técnicos y por ello no saben qué enseñar. “Eso fomenta que haya mucha gente con haraganitis”.

Todo esto ha llevado a trastrocar valores en la sociedad. Anteriormente un egresado del Colegio Nacional de la Capital y de la Escuela de Comercio eran unos genios. “Hoy día son genios para otra cosa. Para contar la plata que quieren ganar fácilmente. Hay mucha corrupción”, se queja.

Recuerda que toda esta situación tiene que ver con el sistema educativo y cita al Dr. Manuel Riveros, cirujano formado en Francia y que era médico de Alfredo Stroessner, como “un hombre aparte: Él siempre nos decía que nosotros no vamos a ser buenos médicos porque no leemos filosofía”.

Agrega que otra materia fundamental que han olvidado los docentes y los médicos es el latín, que guarda un rico vocabulario al servicio de la medicina.

También se queja de que se haya perdido el sentido de humanidad. “Ese médico que se esforzaba, que no tenía tiempo de comer sencillamente porque había un paciente grave, se acabó. Se perdió el humanismo. Ahora al doctor que está descansando no se lo puede molestar. Yo le tengo terror a los fines de semana”.

Otro dardo a la enseñanza universitaria actual es que en la Facultad de Medicina no se da como asignatura administración de hospitales: “Por eso falta hasta comida en los hospitales”.

Viuda del Cnel. Antonio Eulogio González, un héroe de la Guerra del Chaco que llegó a ser intendente de Asunción entre 1959 y 1960, asegura que antes la gente era más limpia y por tanto tenía mayor autoestima, una virtud que debemos recuperar los asuncenos.

pgomez@abc.com.py

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