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Una parte de las paredes de adobe ya había cedido días atrás. El resto, que linda con la calle Herrera, terminó por caerse el sábado, quedando en pie solo la fachada ubicada sobre Yegros, la cual está más deteriorada que antes.
La estructura interna de la casa se había derrumbado en junio de 2014, como consecuencia de unos trabajos que se estaban llevando a cabo en el interior. En aquella ocasión sobrevivieron las fachadas de Herrera y Yegros, que fueron apuntaladas con madera para evitar su caída. Tras el incidente la Comuna capitalina ordenó la reconstrucción; sin embargo, el trabajo se realizaba de manera lenta porque existía riesgo de derrumbe.
La vivienda debía ser reconstruida respetando su aspecto visual, y en días de lluvia debía estar cubierta con plástico porque el agua hace que el adobe de las paredes se desgaste más, lo que finalmente ocasionó su desmoronamiento, debido a que la estructura no estaba cubierta.
Según declaró el director de Fiscalización de la Comuna, Miguel Ramírez, cuando se apuntalaron las paredes de la vivienda se intentó ponerle un esqueleto al cuerpo, pero este trabajo no impidió el desplome.