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El jueves último, un grupo de jóvenes indígenas de la parcialidad Enxet Sur y en aparente estado de ebriedad derramaron nafta e incendiaron la precaria choza de madera donde vive la profesora Zonia Quintana. Previamente intentaron ingresar a la habitación de la docente de la parcialidad guaraní, Mirian Núñez, a quien ya habían intentado violar en reiteradas ocasiones. Las maestras soportan desde hace un año intentos de violación, privación de libertad, robo y en este último caso intento de asesinato.
Ante la denuncia de intento de violación, el líder de la comunidad, Benito Fleitas, le había expresado a las maestras que “si fuesen violadas deberán guardar silencio”. Por su parte, la Supervisión de Educación Indígena de Presidente Hayes ignoró todas las denuncias.
Supervisión negligente
Pese a las reiteradas denuncias, tanto la supervisora pedagógica Susana Fernández como el supervisor administrativo Elvio Cabañas jamás visitaron la comunidad, mientras que la Policía, en este último episodio, solo pidió que las afectadas que saquen fotos de la choza quemada y lo denuncien. El Sindicato de Directores, Sinadi, exigió al MEC que intervenga a la supervisión y traslade a las docentes, quienes temen por sus vidas.