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Nacido en Lambaré el 11 de setiembre de 1916, aclaró que, por más que su cumpleaños coincida con la fecha de fundación del Partido Colorado, él es del Partido Liberal.
Don Jacinto, como más se lo conoce en su barrio Roque González de Santacruz de Lambaré, es lúcido, de carácter afable, abierto, le encanta hablar con los amigos y vecinos. Está casado desde hace 65 años con Nelly Valentina Fernández, de 83 años de edad. Tiene 11 hijos, de los cuales dos ya fallecieron. Además, 60 nietos, 25 bisnietos y 10 tataranietos.
Alistamiento
Contó que fue a la Guerra del Chaco como chofer con solo 15 años de edad, por su gran deseo de acompañar a sus dos hermanos mayores, Julio y Antonio.
Al llegar a Puerto Casado los militares descubrieron que su nombre no figuraba en la lista de combatientes, por ser menor de edad. Le pidieron que regresara a su casa, pero se negó.
Añadió que a los ocho días de haber llegado a Casado se acercaron al puerto dos barcos cargados de camiones y como en la institución había pocos choferes y viendo que él sabía manejar, le entregaron un vehículo. Le nombraron cabo 1º. Recordó que su trabajo consistía en llevar los camiones con soldados hasta el Km 145, donde eran recogidos por un tren.
Recuerda cuando enfermó de paludismo y los doctores le declararon muerto. Un cocinero del casino de oficiales de apellido Conago, oriundo de Ybycuí, le curó con remedios yuyos. Volvió a Asunción para recuperarse. Se hospedó en el Arsenal de Guerra y Marina por un mes. Cuando se recuperó volvió al Chaco, otra vez como chofer.
Dijo que desde Camacho formó parte de un convoy de camiones. El comandante César Molinas le llevó a Capi’irenda, desde donde llevó heridos hasta Carandayty y de allí a Machereti, lugar donde recibió la noticia del fin del conflicto bélico, con la firma del Protocolo de Paz el 12 de junio de 1935. Después de 4 días de dicha noticia fueron hasta un fortín boliviano que estaba a cargo del Tte. Parada para festejar con ellos la Paz del Chaco.
Agregó que seis meses después recién pudo volver a Asunción, trayendo consigo el camión que estuvo a su cargo durante mucho tiempo. Entregó el vehículo a la Intendencia y se reunió con su familia luego de 3 años de ausencia. Sus hermanos mayores volvieron antes que él y pudieron participar del Desfile de la Victoria, en la calle Palma de Asunción, no así él, que siguió en el monte hasta diciembre de 1935.
Al regresar fue contratado por los Arsenales de Guerra y Marina durante 6 años. Se trasladó luego a la Intendencia de Marina como mecánico hasta 1945.
Durante la Revolución de 1947 fue tomado preso y expulsado del Paraguay con su familia, por ser liberal. Durante 3 años trabajó en la Argentina como chofer de colectivo de pasajeros. A su vuelta al Paraguay le contrataron en el Regimiento de Infantería 14 como chofer durante 8 años. De todos estos trabajos para el Ejército no tuvo jubilación.
“Solicité a la Bicameral del Congreso la exoneración del pago del consumo de la luz para disfrutar cómodamente lo que me resta de vida como héroe nacional y no tengo respuesta”, lamentó.
Rutina
Don Jacinto se levanta temprano a tomar mate con su esposa, luego sale a compartir con sus vecinos para recordar las anécdotas de la guerra. “Los excombatientes, que ya somos pocos, necesitamos el aumento de la pensión para llevar una vida digna. La mayoría somos de escasos recursos económicos y estamos en una edad en que tenemos muchos gastos. Lo que percibimos ya no alcanza para comprar los costosos medicamentos y los alimentos”, manifestó.
Agregó que son pocos los que tienen respeto por los veteranos.
“En el Instituto de Previsión Social la larga espera impide que sean atendidos. Es una tragedia esperar tanto, a una edad avanzada y con varias complicaciones de salud”, indicó.
“¡Qué diferentes somos los excombatientes paraguayos de los bolivianos! Ellos son tratados con respeto y dignidad. Son considerados héroes en su tierra. Se les exoneran los servicios básicos y tienen muchos beneficios sociales que nosotros no tenemos. No entiendo por qué los gobernantes paraguayos valoran muy poco a los veteranos de la Guerra del Chaco. A los jóvenes y a los políticos les hace falta más patriotismo para que el Paraguay progrese”, concluyó.
eolmedo@abc.com.py