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La Contraloría Estudiantil viene verificando los productos desde el 2016 a nivel nacional en los colegios adheridos a la Unepy. Abarcó a más de 4.500 colegiales de 48 municipios y de 12 departamentos. El proceso se dividió en dos etapas: la primera se realizó en febrero para evaluar si los kits llegaron completos y si alcanzaron a todos los alumnos. En la segunda –que se realizó entre los meses de julio y agosto– se evaluó la calidad y durabilidad de cada uno de los insumos.
El resultado reveló una disconformidad generalizada de parte de los estudiantes hacia la calidad y duración de ciertos útiles, principalmente de las calculadoras, que en muchos casos no duraron más de 3 meses, cuando que su utilidad debe ser de al menos 3 años. También denunciaron pésima calidad de las reglas y los bolígrafos.
Cuadernos mejoraron
Por otra parte, la contraloría destacó la leve mejoría en la calidad de los cuadernos entregados a los estudiantes, al igual que las tablas periódicas. No obstante, enfatizaron que “la mala distribución es evidente, y que los kits no llegan a muchísimos colegios del interior en el inicio de clases, sino incluso varios meses después”, denunció Ruth Martínez, de la Unepy. Lamentaron que varios de los útiles se acaben o inutilicen antes de finalizar el año escolar.