Una tribu que se niega a desaparecer

La comunidad nativa Maká de Chaco’i, departamento de Presidente Hayes, distante unos 40 kilómetros de Asunción, festejó ayer un antiguo ritual de iniciación de las niñas que pasan a ser núbiles. Con esta celebración, los nativos de esa tribu pretenden recuperar sus costumbres ancestrales, que van desapareciendo año tras año por el alejamiento de los jóvenes de las tradiciones.

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CHACO’I, departamento de Presidente Hayes (Rocío Portillo, corresponsal). La comunidad de indígenas Maká festejó ayer el inicio de la pubertad de una niña de la tribu, que representa un ritual propio de la parcialidad nativa.

Según Andrés Chemei, cacique de la tribu, es una celebración tradicional en la que los nativos, tanto hombres como mujeres, bailan y cantan en homenaje a la niña, que con el primer período menstrual se introducen a la pubertad. “Esta es la señal de que las niñas se han convertido en mujeres y eventualmente podrían contraer matrimonio, según la costumbre. Generalmente, lo hacen a partir de los 15 años en adelante”, explicó el líder indígena.

Costumbres ancestrales

Según la costumbre de la tribu, la familia es la encargada de preparar la celebración. La misma se compone principalmente de bailes y sonidos ancestrales que emiten los indígenas mientras danzan.

También se preparan abundantes platos y bebidas autóctonas como la chicha, fermentación de la miel de abeja que se elabora con varios días de antelación.

La comunidad maká, de la parcialidad Qenkuket, de Villa Hayes, se compone de unos 200 indígenas. El predio tiene alrededor de 700 hectáreas, y el centro es el sitio donde se realizan los bailes tradicionales.
Chemei mencionó que han luchado bastante por mantener sus costumbres.

El pueblo maká es el que todavía representa la cultura tradicional. Hasta hoy en día preservan su idioma, danzas tradicionales y cantos ancestrales.

El líder agregó que este tipo de celebraciones hoy en día tiene muy poca participación de los jóvenes y adolescentes, que de a poco se van apartando de las costumbres. “Es un desafío preservar la cultura frente a una sociedad como la actual, pero nos sentimos orgullosos de ello”, concluyó.

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