Una riqueza única, en peligro

Pese a la destrucción hecha a medias por la empresa DC Ingeniería en el 2017, la fauna decidió continuar y ahora toda la ciudadanía puede disfrutar de ella. Aves como la piririta, yerutí, cardenal, tero tero y karãu resisten en la zona. Además de abejas, mariposas y otros insectos. Los animales que más atención llaman son el teju guasu y hasta kuriyu.

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El MOPC y la Seam, mediante gacetillas, han emitido informaciones minimizando la existencia de la fauna y la flora del lugar. Un informe realizado por observadores de varias organizaciones en la página “Ebird” registra un total de 180 especies de aves.

El sitio necesita de proyectos para repoblar el espacio afectado. Bien se podría liberar a animales como venado o el tajy katî u otras especies para ser apreciadas y valoradas por las familias.

El parque también es hogar de animales como el yaguarundi (Puma yagouaroundi), el aguara’i (Cerdocyon thous) y el apere’a (Cavia aperea).

Según un estudio realizado por la Fundación Moisés Bertoni, en el lugar hay 87 especies vegetales, entre las cuales se encuentran el yvyra pytã, tajy hü, yvyraro y timbó. Además, estiman que al menos 100 especies de aves concurren al área.

Al ordenar el cese de obras en el 2017, la Municipalidad asuncena también dispuso la restauración del sitio verde. Sin embargo, esto nunca se llevó a cabo. Árboles y arbustos murieron en el suelo, el suelo removido quedó “deformado” con surcos y cúmulos de tierra.

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