Una luz de esperanza para los niños del hogar "Guadalupe"

Quienes antes se encontraban en las calles, fueron abandonados por sus padres, o recibieron todo tipo de maltratos, hoy son cariñosamente atendidos en el hogar Guadalupe. Hoy se encuentran ante la esperanza de poder mudarse a un lugar más espacioso y nuevo, y esperan el apoyo ciudadano.

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Niños y niñas con sonrisas en el rostro nos reciben al llegar al hogar Guadalupe. Son pequeños que antes vivían en las calles, que fueron abandonados por sus padres, o recibieron todo tipo de maltratos. Algunos son hijos de personas con trastornos mentales, y que se encuentran internados en el Hospital Neurosiquiátrico.

Son 43 chiquitos que hasta ahora sueñan con lograr un hogar más grande, gracias al tesonero trabajo de la directora del hogar, Florentina Ramírez, quien ya hizo una entrega de G. 50.034.000. El plazo para abonar el monto total de la casa, que se encuentra sobre Nuestra Señora de la Asunción 933 y 2ª Proyectada vence a fin de mes. Ella ha logrado obtener la suma de G. 220.034.000, mediante el apoyo de la ONG "Ningún niño sin hogar", pero aún necesita G. 191.000.000.

Ayer, los niñitos leyeron el diario, y se sintieron muy apenados ante la idea de que no puedan mudarse al lugar más amplio.

Sí se pusieron muy felices, al igual que Florentina, al recibir de manos de un donador anónimo gran cantidad de alimentos: 30 kilos de carnaza, y alimentos no perecederos en bolsas de 5 y 10 kilos (arroz, fideo, harina, azúcar, café, locro, maíz para pororó, poroto).

También llamó mucha gente ofreciendo ropitas y zapatitos. Lo que ahora necesitan con suma urgencia es completar el dinero.

"Tenemos todavía algunos niños, a quienes aún no damos la matrícula, porque son aún muy chiquitos. Nuestro objetivo era trabajar con pequeños que se quedan en la calle, o que tienen padres alcohólicos, esquizofrénicos", comenta.

Por orden judicial reciben chicos que han sido maltratados, abusados, como una niña que era brutalmente golpeada por su tía, o dos niñitos que eran encadenados por la madre para ir a trabajar.

"La fiscalía sabe que a la hora que nos necesiten estamos aquí. Soy sicóloga forense, y en ese ámbito desde mis inicios golpeamos puertas donde nos dicen ‘no hay lugar’. Te cierran las puertas. Eso me llevó a decidir atender con mi familia a niños que ya no tienen quién se juegue por ellos", reflexiona.

La idea de Florentina -formada en sicología forense- es lograr que estos pequeños tan golpeados por la vida al menos logren una estabilidad en "Guadalupe"; "que sepan que esta es su casa, que van a la escuela con seguridad, que tienen una comidita todos los días, con juegos, y sobre todo cariño y contención".

Más información acerca del hogar y cómo colaborar, al teléfono 541-290, Chile 1027 casi Manduvirá.


Fotos de Dany Ortiz.
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