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Ayer, los niñitos leyeron el diario, y se sintieron muy apenados ante la idea de que no puedan mudarse al lugar más amplio.
Sí se pusieron muy felices, al igual que Florentina, al recibir de manos de un donador anónimo gran cantidad de alimentos: 30 kilos de carnaza, y alimentos no perecederos en bolsas de 5 y 10 kilos (arroz, fideo, harina, azúcar, café, locro, maíz para pororó, poroto).
"Tenemos todavía algunos niños, a quienes aún no damos la matrícula, porque son aún muy chiquitos. Nuestro objetivo era trabajar con pequeños que se quedan en la calle, o que tienen padres alcohólicos, esquizofrénicos", comenta.
Por orden judicial reciben chicos que han sido maltratados, abusados, como una niña que era brutalmente golpeada por su tía, o dos niñitos que eran encadenados por la madre para ir a trabajar.
"La fiscalía sabe que a la hora que nos necesiten estamos aquí. Soy sicóloga forense, y en ese ámbito desde mis inicios golpeamos puertas donde nos dicen no hay lugar. Te cierran las puertas. Eso me llevó a decidir atender con mi familia a niños que ya no tienen quién se juegue por ellos", reflexiona.
La idea de Florentina -formada en sicología forense- es lograr que estos pequeños tan golpeados por la vida al menos logren una estabilidad en "Guadalupe"; "que sepan que esta es su casa, que van a la escuela con seguridad, que tienen una comidita todos los días, con juegos, y sobre todo cariño y contención".
Más información acerca del hogar y cómo colaborar, al teléfono 541-290, Chile 1027 casi Manduvirá.
Fotos de Dany Ortiz.