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El veterinario de la fundación “Maris Llorens”, Diego Ayala, confirmó que el animal tenía problemas cardiacos y sufrió convulsiones. Tenía 13 años y vivía entre jaulas de circos y zoológicos. Los animales de su especie llegan a vivir 14 años, explicó.
Ayala, quien se encarga del cuidado de los felinos en el zoológico, contó que cuando convulsionó la leona estaba en una pileta. Cerca de ella, en otra pileta, había un tigre de Bengala.
Cuando comenzaron los espasmos el tigre también se agitó y rompió la valla de seguridad para acercarse a la leona, que ya estaba muerta cuando llegó a su lado. El felino arrastró el cuerpo hasta su pileta, pese a lo cual el cadáver no tiene rasguños graves. La leona llevaba incrustado un microchip que será extraído para su lectura.