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Alonso Schaerer es un antiguo habitante del microcentro de Asunción, y hace 12 años plantó dos árboles de ingá frente a su casa, buscando un poco de sombra y también mejorar el aspecto de la fachada de su casa.
Como los árboles dieron un aspecto agradable al frente de su casa, el ciudadano optó por plantar dos ingá más, dos lapachos y dos grevilleas, que adquirió hace cinco años del vivero Isla de Francia. No conforme con lo verde, ubicó un basurero frente a su vivienda para que los transeúntes puedan depositar allí sus desperdicios.
“Acá mi responsabilidad es con el barrio. El basurero se llena día de por medio y después quito la bolsa para que la gente pueda seguir tirando su basura”, indicó. Agregó que los árboles reciben un fino cuidado, a diario.
El cuidado de los árboles no se limita al regado, sino que el “padrino” de la cuadra también le aplica un desinfectante para evitar que las cochinillas los destruyan. “Es una lucha, porque los buses largan su humo tóxico, y costó un poco que algunos árboles prendieran”, sostuvo el ciudadano.
Recordó que en la cuadra no había árboles y, con el correr de los años, el calor se volvió más intenso. En lugar de recurrir a la Municipalidad de Asunción, Alonso Schaerer decidió por su cuenta plantarlos, no solo en su cuadra, sino también en la vereda de enfrente, lo que terminó creando un pasillo arborizado similar al “túnel verde” ubicado sobre la Ruta VI a la altura de Santa Rita, Alto Paraná.
“Estoy leyendo sobre el grave problema del calentamiento global. Tenemos que plantar árboles. Dan oxígeno, sombra, y disminuyen la toxicidad causada por el humo de los vehículos. Si cada uno pudiéramos plantar un árbol...”, dijo el ciudadano, expresando su deseo de que otros habitantes de Asunción emulen este tipo de iniciativas.
Consideró que uno de los problemas para que los particulares pongan su granito de arena para embellecer el centro de Asunción es el alto costo de los impuestos. Dijo que si las tasas no fueran tan elevadas, habría dinero para invertir en espacios públicos.
Esta iniciativa se enmarca en el padrinazgo de espacios públicos, que surge cuando hay una empresa (o en este caso, particular) interesada en que el frente de su local luzca mejor. Para ello, el recurrente puede acercarse a la Dirección de Relaciones Intergubernamentales de la Municipalidad.