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“Desde los seis años que acompaño a mi hermana Sandra para la venta de chipa. Ahora hace 4 años que en el puesto estoy solo porque Sandra se casó. Trabaja en un supermercado y tiene una hija de casi dos años que se llama Juana Juliana. Es cabezuda, no se queda en ningún lugar. Por eso mi madrina es la que le atiende, mientras Sandra trabaja”, significó.
Observándole a David por unas horas en su puesto nos dimos cuenta de que es muy habilidoso para la matemática. Atendió sin dificultad cambiando 100.000, 50.000 y 20.000 guaraníes. “Gracias a mi trabajo hago muchos cálculos mentalmente con rapidez y exactitud. Este hecho me ayuda a desenvolverme mejor en la vida”, significó y nos contó que estudia el quinto grado en una escuela de Caacupé, lugar donde vive con sus padrinos: Juan Alberto Penayo y Romualda Rojas y su hermana del corazón Sandra Rojas.
“Mis padres hacen la chipa en Caacupé y luego venimos a Asunción para vender” y precisó que una canasta llena se encarga de vender su papá en el centro y a él le corresponde otra canasta llena. “Cuando vende toda su mercadería, él me viene a buscar, en mi puesto, para irnos a casa, juntos”, apuntó.
Dijo que a la mañana muy temprano se va a la escuela. Allí, según nos contó, su recreo es leche con galletitas, que le gusta mucho.
Mientras me mira fijamente, agregó: “Creo que eso viene del Ministerio de Educación o de la Gobernación. No sé muy bien, pero se debe repartir galletita y leche en todas las escuelas pobres, ¿verdad?”.
Le encanta leer el diario. Lee todas las secciones del periódico en su improvisado puesto de venta. Para despachar su mercadería con mucho cuidado con un polietileno agarra la chipa, evitando tocarla. Y de tanto en tanto se lava las manos, en una canilla de agua, cercana al lugar.
“Me gustaría ser un parlamentario”, dijo con picardía y una sonrisa en los labios. Al preguntarle por qué, respondió: “Porque ellos ganan mucho y trabajan poco. Se les sirven bocaditos y les sobra mucho tiempo libre”.
“La gente pobre tiene poco tiempo hasta para divertirse, tampoco tiene plata para eso. Tiene que trabajar mucho y apenas le alcanza para comprar para la comida”, manifestó.
Nos contó que le gustaría estudiar lo antes posible para ser especialista en informática, porque se gana bien y se puede trabajar en alguna oficina. Sueña además con ser arquero de la Selección Paraguaya, pero mientras tanto va a estudiar informática, dijo.
Admira al arquero Justo Villar, de quien dice. “A él se le debe el puesto que ocupó la Selección Paraguaya en el último Mundial de Fútbol, en Sudáfrica. Me gustaría viajar para conocer otros países, que compren mi pase en el extranjero para ganar mucha plata y voy a venir para visitar a mis padres, en Paraguay”, manifestó.
Afirmó que le gustaría que las calles estén limpias, sin baches, y que la educación sea realmente gratuita. “Que nuestros útiles nos den desde el primer día de clase, porque a veces se espera mucho y no tenemos cuadernos ni nada. También quiero que todos los papás tengan trabajo”, apuntó.
David vive en el barrio San Francisco de Caacupé, donde tiene su amigo de nombre José con quien en sus tiempos libres, juega fútbol. Quiere mucho a su maestra Mercedes, de quien afirma que le tiene mucha paciencia. Adora los días lunes porque tiene Educación Física y juega con todos sus compañeritos al fútbol, que le gusta mucho.