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El “pesebre yma guaréicha” fue montado bajo la dirección del Ing. Juan Pedro Caló y puede ser visitado por el público hasta el próximo 6 de enero, incluso, los fines de semana.
Además de dar vida estos días feriados al Centro Histórico, se busca alentar la conservación de las tradiciones, ya que el pesebre paraguayo es especial y se diferencia de los demás pesebres del mundo por varios factores y características.
Según el informe de la Secretaría Nacional de Cultura, responsable de la propuesta, “la historia nos cuenta que los guaraníes, grandes conocedores de la naturaleza, rendían culto a la naturaleza y a los espíritus protectores o jarýi con ceremonias de gratitud. Es sabido que la fecha de Navidad está ligada con el solsticio y por ende con el culto o el respeto al sol, a la luna y a la madre tierra”.
El pesebre paraguayo representa el producto del sincretismo cultural. La cueva de ramas verdes se arma en muchos casos en una habitación que para esos días solo se utiliza para el pesebre, en otros casos se instala bajo la enramada o el corredor. La cueva se construye de ka’avove’i, que algún significado tendría para los guaraníes. El Niño no siempre está debajo de un ranchito, sino a veces sobre una roca.
Los adornos están en relación con la disponibilidad de los recursos naturales y más aún cuando no existían elementos industrializados, como ahora: pakurí, uvas, granadas, rosarios de maní, de tártago o de otras semillas llamativas, el chipá yegua, la calabaza seca comúnmente denominada mate. Luego fueron incorporándose las estrellas y la luna de lata o de papel plateado o dorado, con los cuales se hacían las guirnaldas de kuatia pirirí (papel de seda).
PalmeBar
A partir de este sábado 27, se incorpora al Centro Histórico la actividad “PalmeBar: Feria de comidas y objetos artesanales”, que intenta reproducir la tradicional “palmeada” de antaño incorporando las intervenciones gastronómicas, y en el mes de enero se planifica un ciclo de cine en el Cine-Teatro del Puerto.