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Y agrega: “Así sucedió en efecto, aproveché ese instante para expresarle mi más inmensa gratitud por toda su atención, y sobre todo por la Resolución sobre el Día Internacional de la Amistad, aprobada por 193 votos por unanimidad. Pude hacerle entrega de una flamante bandera de la Cruzada de la Amistad con su hermoso e insinuante lema: Por un mundo mejor y más humano”.
“Al día siguiente, ya por invitación especial del visitante, acudí sostenido por la presidenta de la Cruzada y mi hija Patricia al Congreso Nacional, siendo ubicados en primera fila. En la parte final de su discurso tuvo palabras llenas de elogio para el fundador de la cruzada. En esa oportunidad le hice entrega de un libro escrito por el Dr. José Luis Medina Monzón, de España, dedicado a la cruzada”, añade Bracho, quien además remarca: “Al día siguiente –27 de febrero de este año– me encuentro con la novedad de que todos los importantes elogios pronunciados por el Sr. secretario general no encontraron ningún eco en ninguno de los diarios capitalinos y fueron prácticamente eliminados. Y comento con sinceridad que este hecho ha venido a llenarme de una profunda tristeza, como si no mereciera ninguna importancia”.
Recuerda que en esa oportunidad, su amigo Eulogio Medina le llamó por teléfono desde Chicago, EE.UU., para decirle sorprendido, luego de haber leído la noticia publicada en medios digitales: “Decime, Dr. Bracho, qué le hiciste a este señor coreano para llenarte de importantes y maravillosos elogios”.
Acerca del ilustre visitante, el 1° de enero de 2007, Ban Ki-moon, de la República de Corea, se convirtió en el octavo secretario general de las Naciones Unidas, aportando a su cargo 37 años de experiencia al servicio del Gobierno de su país y en la escena mundial. En el momento de ser elegido, él ocupaba el cargo de ministro de Relaciones Exteriores y Comercio de la República de Corea.