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Dice que “en ningún momento” ha manifestado estar en contra de la intención de la Ley. “¿Qué más nos gustaría a los industriales que poder dar a nuestros colaboradores el tiempo que se propone? Pero la realidad es que nuestro país no cuenta con suficiente personal calificado que nos ayude a contemplar la figura del reemplazo. Es toda una operatividad que hay que trabajarla hasta consensuar un punto intermedio que beneficie realmente, tanto a las mujeres como a los hombres”, señala.
El mayor temor es que esta ley, lejos de generar un beneficio a la población femenina del país, tenga un efecto contrario y sea un obstáculo para la contratación de mujeres en puestos laborales, debido a la dificultad de sustituir a un personal con experiencia. Sostiene que las condiciones socioeconómicas del país no están dadas, y “aún no es el momento” de aplicar una ley de esta naturaleza. “Debe estar acompañada de políticas de Estado concernientes a la educación, capacitación y la salud”, subraya.