Tristeza e impotencia en el último adiós al niño Thiago

Una profunda tristeza embargó a las personas que concurrieron ayer al cementerio de Mariano Roque Alonso para dar el último adiós a Thiago Roa (6). La partida del pequeño, quien recibió un trasplante de corazón y luchó por su vida hasta el último minuto, debe reavivar la conciencia sobre la donación de órganos.

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MARIANO ROQUE ALONSO (Juan Jara, corresponsal).Cientos de amigos, vecinos y familiares de Thiago no ocultaban su conmoción e impotencia por la triste pérdida. Varios calificaron al niño como el símbolo de lucha por la vida, por su tenacidad ante la serie de adversidades que pasó para conseguir un trasplante de corazón.

Según los familiares, la batalla de Thiago comenzó cuando fue a Argentina para ser tratado en el Hospital Garrahan, conocido por sus procedimientos cardíacos.

Luego, volvió a Paraguay para seguir esperando el corazón que necesitaba, en el Hospital General Pediátrico “Niños de Acosta Ñu”. Desde ese centro asistencial, junto con sus familiares y el plantel médico que le tomó mucho cariño, impulsaron la campaña para obtener un corazón que le pudiera devolver una nueva vida.

El 3 de setiembre, hace dos semanas, apareció el corazón para Thiago, que fue trasladado desde el Centro de Emergencias Médicas al Pediátrico de San Lorenzo. Durante parte de la noche y la madrugada del día siguiente los médicos realizaron el trasplante.

Al principio, Thiago presentaba un rechazo agudo al órgano, por lo que le fueron administrados fuertes medicamentos, que finalmente dieron resultado. Con el correr de los días, a pesar de su gravedad, el pequeño seguía presentando mejoras al punto de llegar a respirar por sí mismo a ocho días de su operación.

Sin embargo, al mismo tiempo que su corazón se adaptaba a su cuerpo, fueron apareciendo infecciones en otras partes, lo que obligó a los médicos a someterlo a diálisis. El sábado último, a las 17:00, la situación de Thiago se agravó y presentó un shock séptico, y se confirmó que padecía de una infección generalizada.

Tomar conciencia

A las 20:30, del lunes último, se produjo el deceso del pequeño niño de seis años. Los médicos trataron de reanimarlo durante una hora, pero las consecuencias de la hipotensión bradicardia, sangrado y paro cardiorrespiratorio fueron irreversibles.

Sus desconsolados padres, reiteran la necesidad de que la población tome conciencia y done sus órganos en vida, pues es vital e importante para salvar a otras personas.

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