“Todas somos exitosas”

Patricia Nieto es coach profesional para empresas. Dentro del mundo femenino, no solamente la mujer, la empresaria, la oficinista, lucha por sueldos, reconocimientos y cargos justos, sino también por avanzar como administradora de sus dificultades personales. Curar los errores y fortalecer las cualidades es lo que hace el coaching.

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Como muchas mujeres, Patricia ordena su vida entre la familia y su trabajo. Mamá de tres hijos, su primera carrera es administración de empresas, coach ontológico y facilitadora empresarial acreditada internacionalmente. Se especializó en aprendizaje experiencial, coaching corporal, de padres y organizacional. Está formada en la Argentina. “Tengo una especialización en MindSonar, que mide la forma en que piensa la persona, así como sus principales motivadores. Comúnmente, la gente me dice ‘parecés psicóloga’. No lo soy; uso una manera parecida de hablar. Yo respeto cada campo”, aclara.

El coaching tiene menos de 10 años en nuestro país, y Patricia lleva 4 ejerciéndolo. Lo que más le gusta hacer es el coaching de padres y el organizacional. A través del organizacional se dio cuenta de que la mayoría de los problemas que la gente tenía en su trabajo estaban relacionados con los que tenían en su casa (pareja, hijos, falta de ingresos). “Trabajando el patrón de la casa, automáticamente se modifica el del trabajo –explica–. Hay que ver también las crisis existenciales. Normalmente, a los 40, 50 años nos preguntamos: ¿qué hago de mi vida?, ¿está bien lo que hice?”. Patricia dio una charla para Ladies Net, organización de empresarias y profesionales que arrancaron el año hablando de la mujer emprendedora. “En nuestra época no había esto de iniciar la pequeña empresa y luego exponer el producto en ferias, etc. Se están rompiendo los paradigmas, que antes estaban muy fuertes: estudiar, trabajar en tu única profesión, jubilarte, descansar. Hoy las mujeres están más dispuesta a emprender proyectos”.

–¿Cómo está hoy la mujer dentro del emprendedurismo?

–Sobre todo va aprendiendo a administrar sus propias culpas, el estar menos con los hijos, dejar la casa, etc. Porque ser empresaria dependiente es muy lindo, pero si tenés tu propio emprendimiento le dedicás más horas que al trabajo asalariado, lo cual implica tener que distribuir el tiempo entre todas las dimensiones de tu vida. Por suerte, las mujeres estamos aprendiendo a tener responsabilidades más compartidas, y no, como hacemos muchas veces, querer absorber todo.

–En nuestro entorno, ¿la lucha de la mujer sigue siendo entre ser ama de casa y/o profesional?

–Tenemos que llevarlo a un concepto de coaching. No existe una sola dimensión ni dos. No es solo trabajo o trabajo y familia. La rueda de la vida incluye, por ejemplo, la relación de pareja, amigos, la salud y el cuidado del cuerpo, el aprendizaje, la carrera, la espiritualidad.

–¿Qué es la rueda de la vida?

–Es una herramienta muy importante que usa el coach para ayudar a la persona –que está en proceso de coaching– a saber dónde está parada. Analiza 8 dimensiones de la vida donde la persona puede autoevaluarse y anotar su nivel de satisfacción con respecto a cada una de ellas. Luego se va trabajando para que la persona diseñe cómo le gustaría potenciar esa área de su vida, convirtiéndola en una meta positiva, medible, que esté en sus manos. La elección adecuada del área hace que cuando esta suba, permita que las demás también lo hagan o se mantengan, y esto genere un crecimiento global en la satisfacción de la persona respecto a su vida.

–¿Qué cualidad distingue a la empresaria?

–Una de las fortalezas de la mujer es poder encargarse de varias cosas al mismo tiempo, pero a la vez, esa fortaleza llevada al extremo se convierte en su debilidad. Algo muy importante para nosotras es enfocarnos más, analizarnos más.

–¿Ser exitosa en los negocios implica tener un carácter fuerte?

–El carácter es algo que se va formando. Lo que las mujeres tenemos que desarrollar es, si no estamos de acuerdo con algo, decirlo. En Latinoamérica tenemos muy poca capacidad de disentir socialmente. Sin embargo, es una capacidad importante en lo laboral, empresarial, en la vida misma.

–¿Por qué nos cuesta disentir?

–A través de mi experiencia veo que es por una dependencia emocional, es decir, “me afecta cómo vos te sentís por lo que te digo”, entonces previniendo eso, dejo pasar o lo comento fuera del lugar pertinente. Sin embargo, si decís las cosas con respeto, en vez de destruir la relación, la vas a afianzar.

–¿Cómo se aplica el coaching en un problema?

–Trabajamos con las situaciones del día a día, vemos qué sucedió cuando se tomó este camino y qué podría haber pasado si se tomaba el otro. Ejemplo: una secretaria privada vivía angustiada porque se retiraba muy tarde de su trabajo. Cuando era soltera, no lo sentía, pero sí cuando fue mamá. Estaba muy mal por salir tan tarde de la oficina. Como coaching, le aconsejé hablar con su jefe, pero ella temía hacerlo porque estaba convencida de que él la mandaría al diablo. ¿De dónde ella sacó esa idea? Había visto a dos compañeros que una vez salieron furiosos de la oficina del jefe, y eso se le quedó grabado a fuego. Finalmente, la convencí de que hablara con su jefe, y él le dijo: “Nunca entendí por qué vos te quedabas hasta tan tarde. Termina tu hora y te podés ir”. En coaching trabajamos los hechos reales y las interpretaciones.

–¿Todo nudo interno se desata para bien?

–Sí, pero los nudos tienen que desatarse por voluntad de la persona, no del coach.

–¿Qué es la inteligencia en el coaching?

–Creo que es tener logros, y para eso hay dos cosas: tenés que darte cuenta de que hay un problema y cuál es el problema. Pero saber cuál es tu problema y no hacer nada es lo mismo que no saberlo. Por ejemplo, me dicen “me cuesta hablar en público”, “¿Y qué hacés?” “Nada, me aguanto”.

–¿Qué deberíamos aprender de los hombres empresarios?

–Interesante plantearse eso. Yo diría que saber decir que no, cuando quiero decir que no; acabaríamos con nuestros conflictos internos. La practicidad, el cerebro masculino es más práctico y lineal; el nuestro es arabesco. Aprender a darnos espacio para nosotras mismas.

–Como coach, ¿a qué mujer considerás exitosa?

–Hay exitosas conocidas y anónimas. El éxito no debería ser exclusivo de lo laboral; hay mujeres que fueron exitosas criando a sus hijos. Todas tenemos nuestros éxitos, hay que acabar con los estereotipos.

lperalta@abc.com.py

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