Sus discapacidades le motivaron a ser el mejor

Pedro López Esquivel tiene 28 años. Es un joven universitario con discapacidades auditiva, del habla y visual (en uno de los ojos). Sin embargo, eso no fue ningún obstáculo para recibirse este año de ingeniero en informática en la Universidad Tecnológica Intercontinental (UTIC). Pedro ya había recibido anteriormente el título de Licenciado en Análisis en Sistemas Informáticos, el cual es un requisito fundamental para cursar la carrera de Ingeniería.

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El flamante ingeniero trabaja en el Departamento de Transmisión División Multiplex de la Compañía Paraguaya de Comunicaciones (Copaco), dependiente de la subgerencia de Core y Redes de Acceso, donde su discapacidad auditiva y visual no es impedimento para su desempeño profesional.

Culminar su desafiante carrera fue un propósito que se marcó cuando ingresó a la universidad, cuenta su madre, Lidia Esquivel. Pedro padece de hipoacusia neurosensorial de nacimiento.

Su madre explica que a pesar de las dificultades se comprometió a ayudar a su hijo. “El reto más grande fue con la sociedad que a veces es dura e insensible, le discriminan mucho en la calle y nosotros somos demasiado pobres. Soy una madre que sacó adelante a su hijo sola. El único lugar donde Pedro se sintió cómodo fue en la facultad. Es un chico extraordinario, le encanta leer y aprender cosas nuevas”, dijo.

La mujer, orgullosa de los logros de su hijo, instó a los jóvenes a “no abandonar sus sueños de ser profesionales, a pesar de los obstáculos”.

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