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Ciria Barreto, propietaria de un comercio de la zona, dijo a ABC Color que lo único que se logró es que la gente deje de tirar basuras al sumidero pero que cada vez que llueve la calle Overáva se transforma en un río.
“Esto está así hace más de cinco años. Nunca lo tocaron, nunca intentaron repararlo. Lo único que se hizo fue el asfaltado”, dijo.
Otro problema grave de la zona es el profundo baden que cruza la arteria. Recalcó que en ocasiones hay vehículos de pequeño porte que se quedan trancados y solo pueden salir con ayuda de una grúa.
“Hace falta más señalización”, señaló la vecina.
El tercer problema es una boca de desagüe cloacal que no tiene tapa. Gracias a la gestión de los vecinos, el profundo hoyo se tapa con ramas, bolsas o con cualquier objeto que pueda servir de advertencia.