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“Anhelo que la amistad sea el sueño más grande de la humanidad, por ser el único sentimiento capaz de unir a las personas, por sobre toda diferencia política, religiosa o racial”, resalta el Dr. Ramón Artemio Bracho, creador del Día Internacional de la Amistad, 30 de julio.
“Qué bello sería que la hermosa juventud paraguaya y la de todos los países del mundo, a modo de una contraofensiva, así como ocurriera en nuestro país el Paraguay, pudieran demostrar al mundo que la única forma de conseguir la paz universal será con actos sencillos; por ejemplo, que se levante un monumento de amistad entre Israel y Palestina, entre las dos Coreas, y entre países que están en constante conflicto bélico y amenazas nucleares, sugiriendo recurrir siempre al diálogo, que es mucho mejor que el uso de armas de alto poder destructivo”, afirma.
Y agrega: “Así como Alemania dio el bello ejemplo derribando el muro de Berlín, así puede ocurrir con el resto del mundo. Ya no es posible seguir soportando tantas muertes como en la otra ciudad Luz de París o en la universidad de Kenia donde mataron a mansalva a 200 estudiantes”.
“El incomparable santo padre papa Francisco puede dirigir esta imperdible y maravillosa campaña en busca de la paz mundial”, sugiere.
La Cruzada Mundial de la Amistad fue fundada en Puerto Pinasco, Chaco paraguayo, y lleva 57 años de labor internacional, con el lema “Por un mundo mejor y más humano”.
Apunta Bracho que su obra recibió tanto apoyos como críticas. “Estas últimas hablaban del por qué una cruzada mundial, debiendo limitarse apenas a una cruzada nacional. Si al final de cuentas la noticia no llegaba ni a Clorinda. Este señor que decía esto era una persona muy inteligente y de mucho prestigio.
Lo visité para preguntarle el motivo y me contestó que así pensaba. Entonces le dije que así con esa denominación había nacido esta cruzada, y que seguiría en la misma forma. Cada mes de julio recibíamos las críticas pertinentes infaliblemente y que nuestro deseo no llegaba ni a Clorinda”, recuerda Bracho, y orgulloso rememora que, a los 53 años de haber iniciado esta hermosa lucha, una tarde del 3 de mayo del 2011 se entera de que salió el reconocimiento de Naciones Unidas. “Fui dominado por una tremenda emoción y llamé a mi señora, con quien nos confundimos en interminable abrazo, dando comienzo a toda una fiesta con toda la familia y todos los vecinos”, celebra.
El reconocimiento tuvo la aprobación de 193 países por unanimidad y determina la celebración del Día Internacional de la Amistad cada 30 de julio, como una esperanza para la humanidad.