Solidaridad permitió servir 1.000 platos a damnificados

Un gran almuerzo se sirvió ayer en el marco de la Jornada Mundial de los Pobres en la Parroquia Virgen del Rosario, en Sajonia. Voluntarios dieron de comer a unas 1.000 personas, en su mayoría miembros de familias damnificadas.

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La II Jornada Mundial de los Pobres, convocada por el papa Francisco, lleva este año el lema de “Este pobre gritó y el Señor lo escuchó”. El acto principal referido a dicha jornada en la Capital tuvo lugar ayer a las 12:00 en la referida parroquia Virgen del Rosario, con la presencia del arzobispo metropolitano, Edmundo Valenzuela.

“Hay mucho espíritu de alegría, pero sobre todo de voluntariado de personas que unidas obtienen este resultado, porque el párroco solo no puede hacer nada. Qué fuerza tiene una comunidad cristiana”, indicó el arzobispo de Asunción.

Dijo también que la Arquidiócesis estima que hay unas 12.000 familias que son afectadas debido a las inundaciones, por lo que este almuerzo se realizó pensando especialmente en ellas.

Monseñor Valenzuela anunció que para hoy también está programada un almuerzo similar frente a la Catedral Metropolitana, con la presencia de unas 60 familias damnificadas.

Mirtha Trabujo, voluntaria del comedor en donde se realizó el almuerzo de ayer, explicó que son 16 las mujeres que trabajan en el sitio diariamente. “Se les da desayuno, almuerzo y postre a unos 160 niños”, comentó.

Rolando Gómez, coordinador del Comedor, explicó que esta vez hicieron una colecta maratónica para conseguir todos los ingredientes del menú, que esta vez no solo fue para niños sino para toda la familia, en ocasión de la jornada mundial.

A lo largo de esta última semana varias otras parroquias capitalinas se sumaron a la iniciativa del Papa.

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