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En un día radiante, la concentración se realizó por más de una hora, sin incidentes, con una marcha previa por las calles céntricas. De ella participaron sindicatos afiliados y adherentes a la CSC, del sector obrero, docente, funcionariado público, de sectores sociales marginados como las lesbianas, y representantes de la Federación Nacional Campesina (FNC).
“Denunciamos la explotación patronal, principalmente en el sector fabril, con sistemas de controles rigurosos, con cámaras y capataces que exigen mayor esfuerzo físico para mayor producción, en un ambiente insalubre, peligroso y con un salario pésimo, que no compensa ese esfuerzo”, dijo el sindicalista.
Dirigentes entreguistas
Ojeda sostuvo que las condicionales de los trabajadores del país no podrán mejorar si persisten los dirigentes “entreguistas”, quienes a su criterio negocian con el gobierno y la patronal a espaldas de los obreros, a cambio de algún cargo público y mejores condiciones personales.
“El país está cansado. Basta de injusticias, basta de clientelismo, basta de corrupción. Esperamos que el nuevo gobierno que se va a instalar sea inteligente en la política laboral, ya que es esa clase obrera la que mueve el país al invertir su salario en alimentación, vestimenta y mejor condición de vida”, dijo el dirigente de la CSC.
“Sin justicia laboral, sin inversión en salud y en educación, sin reforma agraria y sin un plan de mejores salarios, no podemos hablar de cambio”, resaltó.
IPS, estancado
También cuestionó al Instituto de Previsión Social (IPS) por quedarse en el tiempo por décadas, sin acompañar el crecimiento poblacional de los asegurados, que ahora están rebasando la capacidad de atención de los mismos.
“El IPS no crece en proporción a la cantidad de asegurados. Los cotizantes y su grupo familiar deben soportar humillaciones para una atención que no es digna ni la esperada. Reclamamos una revisión y una satisfacción plena a los asegurados por parte de la previsional”, concluyó Ojeda.
Se sucedieron los oradores en la tarima montada sobre la calle Palma, donde los reclamos incluyeron a la no expansión del uso de los trasgénicos para la producción agrícola del país, así como mejores condiciones para docentes y empleadas.