El IV Seminario internacional sobre agua, salud ambiental y comunicaciones, que se desarrolló en esta ciudad chilena, fue el foro de tratamiento de la desalinización como una solución a comunidades ubicadas a orillas del mar y que no tienen acceso al agua dulce.

Para el caso del proyecto de desalinización en Antofagasta, Chile, los desechos (sal) serán arrojados de vuelta al mar.

Sin embargo, para los casos del suelo chaqueño (paraguayo, argentino, boliviano y parte del Brasil) la solución no es sencilla, porque no se conoce aún qué destino se podría dar a la sal residual.

Los técnicos chilenos indicaron que no hay una fórmula única de solución y que todo depende de la situación del terreno. En el caso del Chaco americano, el agua salada es diferente al agua del mar. La sal residual no es en forma de cloruro de sodio (sal de uso doméstico), sino con mayor componente de sulfato, magnesio y carbonato, que no es utilizable.

Algunas de las posibles soluciones es la de concentrar el residuo en minivertederos, con base impermeable, o en lagunas de confinamiento para su evaporación, o aplicando una tecnología de reinyección, según el terreno.


UNA DE LAS OPCIONES

Rafaela Guanes de Laíno y el ingeniero Osvaldo Rodríguez, presidenta y asesor técnico, respectivamente, de la Comisión del Acueducto, coincidieron en que la desalinización es una de las opciones que encuentran como solución al problema del acceso al agua dulce de poblaciones del Chaco.

Sin embargo, el efecto residual y sus consecuencias para el entorno han paralizado los proyectos de desalinización, porque ven inviable sin conocerse exactamente qué destino tendrán esos desechos.

La otra opción de abastecimiento del agua es el acueducto, que se extenderá desde Puerto Casado hasta Loma Plata, con una extensión de 202 kilómetros de tubería de 600 mm.

El acueducto presenta también ciertos riesgos, según explicaron los expertos durante la conferencia en Chile. Algunos de estos problemas son la posible contaminación del agua por compuestos que pudieran desprenderse de la tubería a lo largo de su recorrido, además de los riesgos de vandalismo (práctica de tiro al blanco por las tuberías, inyección de contaminantes dentro de la tubería, etc.)

OSMOSIS INVERSA

El ingeniero Rodríguez sostuvo que uno de los procesos de separación de la sal por membrana es conocido como ósmosis inversa, que usa la presión del agua salada, en que una membrana que oficia de filtro deja pasar solo el agua pura.

Este sistema es común y utilizado en casi todo el mundo como mecanismo de desalinización y es la más recomendable para el Chaco. Los chilenos consultados sobre la parte residual verán experiencias aplicadas por expertos japoneses, lo que podría ser favorable para nuestro país.