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La céntrica casa asuncena fue alquilada por el gobierno del Gral. Alfredo Stroessner y se instaló aquí en 1956 la sede la Dirección Nacional de Asuntos Técnicos. Un organismo destinado a la violencia política, y a la persecución y la eliminación de los opositores, amparado en la Doctrina de la Seguridad Nacional. Fue cerrada el 23 de diciembre del 1992, un día después del descubrimiento del Archivo del Terror, por parte del Dr. Martín Almada, en un operativo dirigido por el juez José Agustín Fernández. En diciembre de 2002 quedó habilitado como museo histórico, bajo administración de la Fundación Celestina Pérez de Almada.
En la primera sala está “El árbol seco”, obra del escultor Hugo Pistilli que fue presentado en mayo de 1988, durante la visita del papa Juan Pablo II y se guardó en el Seminario Metropolitano, hasta setiembre de 2007. Otra obra suya que representa un hacho rompiendo las cadenas también se aprecia aquí. En una vitrina hay sombrero piri, palas, azadas de los campesinos perseguidos, junto a un cuaderno de apuntes de Alfonso Silva, escrito en prisión. En las paredes resaltan los paneles de fotos del momento en que se descubrió el Archivo del Terror. Un pasillo, segundo espacio, expone una galería de presidentes. En la sala tres, llamada Emboscada, hay un enorme mapa que ubica los distintos centros de reclusión del interior país, entre 1954 y 1989, al igual que una enorme maqueta de la cárcel de Emboscada. Sala cuatro: oficina de Antonio Campos Alum, director de la DNAT desde su creación en 1956 hasta su cierre en 1992. en vitrinas se ven gorras, charreteras, bandas y sables de policías y militares. Un enorme retrato de Stroessner, un busto suyo con una gorra militar, teléfonos de espiar y radiograbadoras completan el montaje. Otro exhibidor contiene llaveros con el rostro del dictador, tinteros, una chapa de auto del distrito “Hugo Stroessner”, estampillas y fundas de discos con la figura del “Único Líder”. El quinto espacio saca a la vista valijas de los exiliados, teteras, mates de aluminio, ollas y braseros, juguetes de niños, hijos de los presos. Hay un panel con el listado de personas cuyas fichas policiales tienen origen en la DNT. La sala seis, Coronel Robert K. Thierry, se relaciona con represión y torturas de la cooperación internacional. Una galería de fotos de dictadores del continente, máquinas de escribir, libro de novedades, documentos y gorras militares y policiales ambientan este sector.
En sala siete, del Operativo Cóndor, se ven unas esculturas que representan a los torturados. Bajo vidrio está una picana eléctrica, esposas, grillo de pies y un teléfono negro a magneto. Una bola de hierro con clavos, cachiporras y teju ruguái impactan a los visitantes. Sala ocho: Peña Hermosa. Hay una gran maqueta del lejano sitio de confinamientos y una galería de imágenes. En la sala nueve se rinde tributo a la prensa combativa. Hay un lote de maquinarias del periódico El Enano y el mimeógrafo utilizado por Movimiento Popular Colorado (Mopoco) para sus publicaciones.
Lugar para valorar la libertad
El Museo de las Memorias queda en la calle Chile N° 1072 entre Manduvirá y Jejuí, Asunción. Abre al público de lunes a viernes, de 08:00 a 16:00, con acceso gratuito.
Recorrer sus salas es caminar por espacios repletos de trágicos recuerdos de la época de la dictadura (1954-1989), cuando se torturaba y se mataba a la gente por pensar diferente o no responder al régimen. Miles de paraguayos y extranjeros, víctimas del Operativo Cóndor, sufrieron en carne propia la violación de sus libertades.
Servicio a sociedad
El Museo de las Memorias presta servicios educativos: exposiciones itinerantes, vídeo debates, visitas guiadas con Martín Ibarrola; conferencias, paneles y talleres científicos. Para la investigación ofrece publicaciones, lugar para foros de discusión y jornadas de reparación simbólica a las Víctimas de la Dictadura, así como acciones de reconocimiento juntamente con la Comisión de Verdad y Justicia. Su directora es María Stella Cáceres.
yubi@abc.com.py
Fotos: ABC/Jorge Cañete