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Los Hermanos Franciscanos Capuchinos tendrán a partir de hoy un nuevo centro de evangelización, que promoverá la espiritualidad y la fraternidad. El convento encomendado a San Pío de Pietrelcina se encuentra camino a Limpio.
El hogar de oración recibirá a las 16:30 la reliquia de San Pío que esta de visita y luego se oficiará una misa a las 17:00. Culminado este acto habrá confesiones, veneración y a las 19:30 comenzará la misa que presidirá Mons. Martínez, y después se procederá a la bendición del nuevo convento, que fue edificado gracias a la colaboración de benefactores.
Un convento es lugar donde los hermanos franciscanos realizan su vida propiamente dicha, es decir, viven, trabajan y rezan. Es un centro de espiritualidad donde las personas acuden para compartir las celebraciones eucarísticas y hacen vida fraterna con los hermanos consagrados. La iglesia y la orden capuchina, inspiradas por el Espíritu Santo, siempre han promovido y promoverán personas e iniciativas pastorales para que el evangelio llegue con frescura y consuelo a todas las personas y los pueblos para que tengan vida en abundancia.
En ese sentido, el convento San Pío de Surubi’y es el lugar en el que, viviendo intensamente la propuesta de san Francisco de Asís, los hermanos capuchinos abrirán sus puertas para las misas, retiros espirituales, charlas, formación y, en síntesis, para el crecimiento de toda la iglesia y los fieles que acudan al sitio.
La obra tiene un claustro central, donde los ambientes se integran a través de un patio principal. Podrá albergar a siete religiosos, con dormitorio para visitantes. Tendrá un salón para 150 personas, biblioteca, sala de estudio, santería, confesionarios y área de servicio.
A San Lorenzo
Por otra parte, la reliquia que visita nuestro país hasta el miércoles 18 de abril, estará hoy a las 7:30 en el Hospital de Clínicas de San Lorenzo, donde habrá lectura bíblica y bendición de los enfermos. A las 9:00 llegará a la Catedral de San Lorenzo, donde habrá misa a las 11:00.
El padre Pío nació en Pietrelcina (Italia) el 25 de mayo de 1887. Partió a la Casa del Padre un 23 de setiembre de 1968 después de murmurar por largas horas “¡Jesús, María!”.