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Las pruebas Pisa (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes –siglas en inglés–) para el Desarrollo confirmaron que un promedio de 8 de cada 10 estudiantes no logra las competencias básicas en lectura, matemáticas y ciencias.
Charotti apuntó que Pisa confirma una realidad nacional de los bajos niveles de aprendizaje de los jóvenes, que es el resultado de una acumulación de rezagos que ya se detectaron en otras pruebas como Serce, Terce (segundo y tercer estudio regional comparativo) o el Snepe (Sistema Nacional de Evaluación del Proceso Educativo).
“La dinámica de nuestro sistema educativo ha sido la del cambio-interrupción, permanente. Cada quien que viene y hace los cambios con su propia visión. No existe una política de Estado en materia de Educación; no hay una visión consensuada y esto atenta contra de la sostenibilidad del sistema”, explicó.
Charotti agregó que en 29 años de democracia hemos contado con 22 ministros al frente de la cartera, con un promedio de 1,5 años en la silla y muchos de ellos ni siquiera fueron del sector educativo. “Las políticas han sido inerciales en todo este tiempo y así no podemos enfocarnos ni en lo más básico. Necesitamos urgentemente procesos de formulación de políticas basadas en evidencias para que sean sostenibles y adaptables”.
El experto agregó que la crisis de aprendizaje precisa una profunda transformación del Estado y no solamente del Ministerio de Educación. “Hoy no sirve de nada seguir criticando al Ministerio de Educación porque no hay marcha atrás, se debe reformar y debe estar liderado por profesionales competentes con compromiso ético con la causa, de lo contrario nada va a funcionar”, indicó.
Blindar la educación
Charotti dijo que se puede mejorar la educación blindándola como se blinda el BCP de la influencia político partidaria y el prebendarismo que logró que el guaraní sea la moneda más antigua con más de 70 años.
“El blindaje es la capacidad de sostener una política a lo largo del tiempo independientemente de cual administración esté al frente. El contrapoder en el BCP es la banca privada y el contrapoder en la educación son los padres de familia y la sociedad civil que debe, urgentemente, tener mayor participación”, apuntó.