Protocolo para internar a menores en terapia es peligrosamente lento

En nuestro país existe alto porcentaje de bebés que nacen con severa prematurez, teniendo pocas horas de vida, se debaten entre la vida y la muerte. Las terapias están saturadas en el sistema público; y si bien existe un protocolo recientemente firmado para internar a estos niños en el privado, es peligrosamente burocrático, y el tiempo en este caso vale oro.

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En legislaciones vigentes, es sabido que el Estado tiene la obligación de garantizar el derecho a la vida y la salud de niñas, niños y adolescentes.

Ante este panorama y ante la gran cantidad de bebés que no encuentran terapia en el sector público, en un acto llevado a cabo en el salón Independencia del Palacio de Gobierno, el Poder Ejecutivo y la Corte Suprema de Justicia oficializaron el protocolo de internación de niños en terapia intensiva.

El protocolo tiene por objetivo que todo niño que requiera terapia intensiva tenga asegurado el servicio sin tener en cuenta que esté en el sector público o privado.

A partir de este protocolo ningún menor podrá ser rechazado en los servicios privados y los padres no necesitarán recurrir a medidas cautelares para ser recibidos en los centros asistenciales.

Además, se establece que los centros privados que presten el servicio tampoco necesitaran recurrir a la justicia para poder cobrar por el servicio prestado.

El ministro de Salud, Antonio Barrios, aseguró que con esta medida administrativa se salvarán vidas. Sin embargo, el tiempo que pasa entre solicitar y buscar la cama disponible en el sector público y conseguir el espacio en un privado, pasan varias horas, incluso más de medio día, lo que se torna peligrosamente burocrático y en vez de salvar vidas, las lentas gestiones podrían ser fatales.

Un bebé, derivado a La Costa

Las deficiencias en el uso del protocolo salió a luz nuevamente ayer, cuando un bebé del sexo masculino de tres meses de edad necesitaba con suma urgencia una cama de terapia intensiva debido a una severa neumonía. Estuvo internado en el hospital regional de Luque donde no hay terapia. De allí, tras varias gestiones por cierto burocráticas, fue derivado al Centro Médico La Costa.

“Este protocolo se firmó justamente para preservar la salud y la vida de los niños, fue realizado en función a un acuerdo con diferentes actores”, explicó el director de Servicios de Salud del Ministerio de Salud, doctor Raúl Latorre.

El profesional explicó que básicamente se administra una serie de pasos que se deben dar cuando se procure la necesidad de una cama en terapia intensiva pediátrica.

El médico tratante o responsable debe solicitar al Centro Regulador del SEME (Servicio de Emergencia Médica Extrahospitalaria), llamando al 141, se coteja la disponibilidad de camas en el sistema público, de encontrarse una cama allí, se lo deriva, en caso de que no hay, se pasa a la verificación de camas de la terapia tercerizada que se tiene con seis sanatorios y en donde existen 37 camas.

En caso de que tampoco haya disponible una cama, se pasa a la medida de urgencia y nuevamente se inician los trámites por parte de un juez de turno para llevar al paciente a un sanatorio con el cual no existe contrato con el Ministerio de Salud. “Se solicita una orden judicial para que ese paciente vaya al sanatorio privado en cuestión”, dijo el profesional al tiempo de admitir que se están ajustando detalles y que obviamente ese trámite tiene su tiempo.

Hay 188 camas

La disponibilidad de camas en el sistema público es de 188 camas de terapia intensiva y 58 camas de terapia intermedia. Además de las camas en los seis sanatorios tercerizados que suman en total 37. Aún así la necesidad de más camas es el pan de cada día en los centros asistenciales, sobre todo en los hospitales maternos infantiles en donde nacen gran cantidad de prematuros.

cpereira@abc.com.py

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