Proponen “espacios de alegría” para niños damnificados

En situaciones de emergencia y desastres, los niños, niñas y adolescentes son los más vulnerables. Por eso, las acciones que tiendan a protegerles son fundamentales.

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Organizaciones internacionales, con oficinas en nuestro país, proponen “espacios de alegría”, protección y contención temporal, bajo las carpas que brindan un fuerte “añua” (abrazo) a los pequeños.

El sector más vulnerable en situaciones de emergencias es el infantil. Mantener a los niños alegres, a través de la ternura, permite disminuir en ellos la ansiedad y los sentimientos negativos que acarrean las inundaciones.

Después de 20 años, Asunción atraviesa otra crecida importante, por lo que para muchos niños es la primera vez que se ven obligados a alejarse de sus hogares por la inundación.

Miedo, inseguridad, sentimiento de pérdida, dolor, disgusto, frustración, rabia, intolerancia y traumas son solo algunas de las emociones que experimentan los pequeños.

A fin de paliar esta situación y brindar asistencia y contención temporal a menores damnificados, la oficina de programas Plan Paraguay inauguró ayer la tercera carpa “Añua, espacios de la alegría”, para niños y niñas afectados por inundaciones. Generalmente, la carpa, bajo la cual se desarrollan varias actividades, es instalada en los centros habitacionales transitorios y lugares cercanos.

En este caso, el espacio se dispuso en el entorno del refugio situado sobre la calle Chivato casi Avenida Perón del barrio Ita Enramada. También existen otras en el predio de la iglesia San Pedro y San Pablo y en el predio del RC4, camino a Zeballos Cue.

“Nosotros estamos respondiendo a la necesidad en Asunción y nuestra prioridad es la protección y educación de los niños y niñas en situación de emergencia, hacinamiento y estrés”, explicó Mariella Greco, directora de Plan Internacional Paraguay.

“Quizás los adultos han vivido una experiencia así en el pasado, pero para los niños que estamos atendiendo en esta carpa es la primera vez que están viviendo una cosa así tan terrible”, señaló para luego enfatizar que el lugar “es un espacio de alegría, donde pueden jugar, estar como en familia, contenidos por la amistad y el ‘añua’; es decir, el abrazo”, apuntó Greco.

Las carpas “Añua, espacios de la alegría” reciben a niños de entre 1 y 12 años de edad. Las actividades están a cargo de al menos cuatro profesionales: animadores de arte (encargados de las actividades artísticas), técnicos de campo (generan vínculos entre familias, niños, carpa e instituciones) y “añuadores” (gestionan, planifican y desarrollan las actividades pedagógicas y didácticas). La carpa funcionará durante tres meses, en dos turnos, de 06:00 a 12:00 y de 12:00 a 18:00.

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