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El arzobispo de Asunción presidió ayer la misa de Año Nuevo en la Catedral Metropolitana, durante la cual se celebró la festividad de Santa María y oró por la paz. En su homilía Valenzuela indicó que todos los desastres que está sufriendo el país son fruto de nuestra indiferencia y de las autoridades, y en ese sentido invitó a “arrepentirse”.
Invitó a dejar de lado la indiferencia y que todos se comprometan para solucionar el drama de los damnificados, que son unas 21.000 familias, que no son muchas. “Aunque nos endeudemos por mucho tiempo, hace falta dar esta respuesta de la costanera Sur y la costanera Norte. Desde Zeballos Cue hasta la parroquia de Lambaré debemos proteger”, indicó.
Explicó que estos lugares deben convertirse en barrios modernos, con todos los servicios, de manera que las personas que vivan allí puedan tener vida digna.
Reiteró que ningún compatriota puede estar indiferente ante las necesidades de los ribereños. Citó el caso de Chile, que sufre cataclismos permanentes, sin embargo construyen casas sobre pilotes especiales y ya no se derrumban con cualquier terremoto; han gastado mucho dinero, pero gracias a esa ingeniería ya no tienen tantos problemas. “A semejanza de ellos también debemos trabajar unidos y priorizar las necesidades de estos hermanos. Todos los medios y sectores deben trabajar para que Asunción sea una ciudad moderna, donde sus habitantes tengan vida y techo”, resaltó.
Valenzuela dedicó su homilía al mensaje del Papa con motivo de la Jornada Mundial de Oración por la Paz, que en partes se refiere a la violencia y compromiso por la paz. También llamó la atención por los atentados que se cometen contra la naturaleza y la indiferencia y destacó que, ante todo ese panorama, surgen un nuevo movimiento juvenil mundial solidario y el voluntariado.
Terminó su alocución valorando la labor de los jóvenes, especialmente de los voluntarios que se acercaron al Seminario Metropolitano para entregar su tiempo en favor de los damnificados. Allí estaban seleccionando los alimentos y estos ejemplos son dignos de imitar.
Por otra parte, el jueves 31 el Papa condecoró a la Dra. Néstar de Stark por su defensa de la vida. Entregó la distinción el nuncio Eliseo Antonio Ariotti.