Problemática de niños en calle sigue sin resolverse plenamente

Cargando...

En los últimos 20 años de participación democrática se recibieron millones de dólares en nombre de los niños de la calle; sin embargo, en cuanto a resultados, poco se ha avanzado. Actualmente, dicen que el programa Abrazo busca una salida progresiva de los niños y sus familias. ¿Qué hace falta para resolver plenamente esta problemática?

Han pasado por la dirección de la Secretaría de la Niñez y la Adolescencia (SNNA), desde el 2001, cuatro secretarios de Estado, desde la era Nicanor Duarte Frutos con rango de ministros. A 9 años de su creación la problemática de los niños de la calle sigue sin resolverse plenamente, mientras se continúa pisoteando los derechos de la niñez y la adolescencia.

Fueron sus autoridades  Lourdes Barboza, María Gloria Duarte, Mercedes Brítez de Buzó y Victorina de Ruiz Díaz. Actualmente es Liz Torres.

De haberse concretado un trabajo integral, hoy no habríamos visto a niños limpiando parabrisas, mendigando en las calles y en los transportes públicos, o drogándose.   

En nombre de los niños de la calle, según declaró recientemente el político Augusto Ríos Tonina, llegaron unos 33 millones de dólares, de cuya inversión en la SNNA no tienen registro y nada se sabe, pues  según informaron fuentes de dicha cartera de Estado, llegaron antes de la creación del SNNA, y aparentemente fueron a parar a la Secretaría de Acción Social.

Recientemente, la SNNA logró un acuerdo con  Itaipú para recibir la donación de unos 4 millones de dólares para la inversión en el proceso de salida de calle de niños y adolescentes, y sus familias; en el marco del programa Abrazo, que  contempla la asistencia a niños, niñas y adolescentes, a cuyos padres –la mayoría de ellos trabajadores informales– se le brinda la posibilidad de dejar a sus hijos en los centros abiertos transitorios mientras realizan sus labores.

No obstante, algunos padres, a pesar de las atenciones e incluso recibiendo bonos o canasta básica de ayuda, siguen sacando a los pequeños a las calles. ¿Quién los controla?  ¿Hasta dónde va la inversión?  

Si bien desde hace un tiempo las horas en calle de varios niños han disminuido, no se ha conseguido sacarlos totalmente debido a la misma situación de pobreza en la que sobreviven muchos paraguayos, y que el Gobierno central no ha podido solucionar.  Pero la pobreza no da derecho a los adultos a exponer a los niños a riesgos.   

Conversamos con Norma Duarte, directora de Protección Integral, y con Andrea Ingolotti, encargada del área de monitoreo, de la SNNA   

–¿Por qué siguen los chicos en las calles, si hay programas y grandes inversiones?

Norma: –Durante mucho tiempo veremos todavía a los niños en las calles, trabajando, mendigando o haciendo una actividad económica. Esto es un fenómeno que tenemos como país prácticamente desde la década del 80. Evidentemente se han hecho algunos intentos, algunos no necesariamente enmarcados en derecho para la protección de estos niños.

–Pero seguimos viéndolos en las esquinas… alguna causa fundamental debe haber.

–Actualmente es lo que vos decís: seguimos viendo, y definitivamente la causa principal de la salida de los niños a la calle es la pobreza. Evidentemente no es el hijo de una persona que tiene un salario decente el que está en la calle. Nosotros tenemos las fichas de las familias que están en el programa Abrazo, y todas son pobres. Lo que sí podemos recalcar es que no todos los hijos de los pobres están en las calles, y todos los que están en las calles son pobres.

–¿Se trabaja integralmente la problemática de los niños?   

–Evidentemente tenemos que tener todo un proceso de instalación de políticas que atiendan la integralidad de las familias paraguayas. Los adultos tienen que tener un trabajo decente, en el concepto que pide la OIT (Organización Internacional del Trabajo): un trabajo con salario digno, con seguro social, con la protección necesaria. No tenemos luego fuente de trabajo.

–¿A qué se dedican los adultos abordados con el programa?   

–Generalmente los niños que están trabajando en las calles son hijos de madres y padres recicladores, empleadas domésticas, vendedores ambulantes o que trabajan en sus mismas comunidades, pero también en un sector informal.

–¿Cuántos niños abarcaron en estos casi dos años?

–Con una mirada muy rigurosa podemos decir que hay menos niños. Porque se da el fenómeno de reposición, también; lo que significa que si un grupo sale de calle, ese lugar es ocupado por otras personas, y es por eso tal vez que vemos  más a jóvenes y adultos en calle trabajando. Y ahí es donde se tiene que ver el acceso de estas personas a una fuente de trabajo digno.

–¿No hay cifras?

–Del primer trimestre del año 2010 (de enero a marzo), según el informe sistematizado del programa Abrazo, la cobertura actual, con el presupuesto que tenemos, es de 1.904 niños de 0 a 14 años. Esto corresponde a 1.108 familias, de 14 ciudades.

–¿Esas 1.108 familias reciben la mensualidad que mencionó la ministra Liz Torres recientemente?

–No todas. Más o menos el 60 por ciento de las familias. Se los llama bonos solidarios. Cada una de las 1.108 familias tiene una ficha con indicadores que tienen que ver con la vivienda, el ingreso, el acceso a la salud. Entonces, con esa ficha se calcula el índice de calidad de vida, del estrato 1 al estrato 4. Ese uno es el de extrema pobreza, que sí recibirá el bono. Se prioriza al más pobre.  

–¿Los adultos que están en las calles, son los mismos a quienes se los asiste con Abrazo?

–La salida de los adultos a las calles es un llamado de atención, de cómo está estructurada nuestra población en este momento. Evidentemente no es un fenómeno actual, y se tiene que ir dando respuestas progresivas también para los adultos.

 –Allí le toca el turno al Ministerio de Justicia y Trabajo.   

 –Abrazo es una de las puertas de entradas para el programa Ñamba’apo Paraguay, que va a implementar el Ministerio de Justicia y Trabajo. Las familias nuestras van a acceder a un empleo transitorio, van a hacer un trabajo que les va a permitir formarse. En el plan de desarrollo social 2020 se establece un sistema que plantea protección integral. Una de las puertas de entrada es Abrazo, porque como nosotros les entramos a las familias más pobres desde la calle, nos encontramos con los adultos que no tienen trabajo, o peor aún no solamente no tienen trabajo, si no que su horizonte de conseguir trabajo es casi cero, porque no tienen las capacidades de acceder.

 –Volvemos al principio entonces, con el tema de pobreza, pero con el agregado de falta de educación.

 –Fijate que tenemos adultos o jóvenes que crecieron en las calles, o que tuvieron hijos en esas condiciones. Esto no es un fenómeno de ayer, o de ahora, sino un proceso histórico que hizo que no se den las condiciones para que estas personas accedan un empleo decente.  –Con Abrazo se les brinda asistencia indirectamente a los adultos, esperando tenga efecto sobre los niños, ¿no se crea un poco de confusión así?

 –Tenemos que dejar bien claro que Abrazo es un programa que no ataca las causas estructurales de que los niños salgan a las calles, que son que mamá y papá  no tengan trabajo, pero sí ataca la consecuencia que es intervenir en la situación de ese niño que está en calle. Claramente interviene en una consecuencia.

 –¿Cómo controlan que, los chicos asistidos no vuelvan a las calles, mismo sus familias?

 Andrea:  –Calle, familia, centro abierto y las redes. En todos esos componentes trabajan los recursos humanos operativos, que tienen fuente de verificación y que son unos documentos en los que nos demuestran todas las actividades realizadas. Por ej.: el abordaje del niño en calle, sabemos perfectamente qué cantidad se abordó hoy en Mcal. López y San Martín, porque tenemos todos los datos de ese niño y hasta qué cantidad de horas estuvo en la calle; lo mismo en los centros abiertos. Sistematizamos esos datos, se verifican y se hacen los informes. Con esas mismas fuentes podemos salir a la calle y ver si están o no.

Norma: Por día tenemos el registro de si los niños que están en el programa tienen o no horas calle. Y si hay niños nuevos.

 –Pero estonces, sí hay niños del programa Abrazo en calle.

Norma:  –Sí, hay. Supongamos números redondos para puntos de referencia. De 100 niños el promedio que manejamos es que de 83 a 85 disminuye o ya no está en calle. Si antes estaba 6 horas ahora están 3. Pero de estos tenemos entre 12 y 15 que sí sigue en la calle. Y de entre estos nos encontramos con varias realidades, y una de ellas es de aquellas mamás o papás que tienen bonos, porque son de extrema pobreza, pero que siguen llevando a sus hijos a las calles. Incluso los mudan de esquina o foco.

 –¿Y cómo controlan eso?

Andrea:  –Una nueva estrategia de ellos también es subirse a los ómnibus, a partir de que aumentamos la observación en los focos con los educadores de calle. Se mudan de una esquina a otra un poco más alejada. Hay varios casos de estos.

  –¿Y qué hacen con esa gente?

 –Derivamos primero a las Codeni, porque aquí (en la SNNA) agotás la instancia social, con los centros abiertos.

 –¿Cómo tienen la certeza de que no volverán a las calles?

Andrea:  –El mecanismo de seguimiento que tenemos es el de apoyo familiar y el sistema de monitoreo, el de calle, centro abierto y las visitas a las casas. Se hace lo que se llama un compromiso de corresponsabilidad.

 –¿En qué consiste eso?

Norma: Vos como familia, mamá y/o papá, sos responsable de la protección de tus niños. Nosotros como Estado somos subsidiariamente responsable contigo. Vamos haciendo un trabajo conjunto. Y el control a través del sistema, y de documentos.
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...