"Presión del pueblo obligará a que haya sacerdotes casados"

El sacerdote retirado del servicio ministerial Arnaldo Gutiérrez considera que la presión del pueblo obligará a que haya sacerdotes casados porque cree que no hay incompatibilidad del orden sagrado con el matrimonio. Gutiérrez representa a nuestro país en el encuentro de la Federación Latinoamericana para la Renovación de los Ministerios que culmina hoy en Asunción con participación de delegados de Brasil, Chile, Ecuador y Argentina.

En el mundo existen varias federaciones que reúnen a más de 100 mil ex sacerdotes, pero en el caso de Latinoamericana funcionan tres coordinaciones regionales: Una para Centroamérica y México, otra para la región Andina y la última es para el Cono Sur.

En Paraguay existen aproximadamente 120 sacerdotes retirados y alrededor de 15 matrimonios se mantienen en una asociación que se denomina Tape Pyhu Rekávo (en búsqueda de nuevos caminos).

Gutiérrez considera que algunos sacerdotes que se han retirado no se sienten ex sacerdotes y creen que su situación será una vuelta de páginas y esperan volver a ejercer el ministerio. Otros hacen una distinción entre el sacerdocio y el matrimonio y sostienen que no son incompatibles tal como acepta la Iglesia Católica del Rito Oriental, que sigue obediente a Roma.

Para la Iglesia Occidental, por mucho tiempo, no hubo incompatibilidad entre matrimonio y sacerdocio. "Respetamos la decisión de la Iglesia Católica en imponer el celibato, pero este respeto es susceptible de cambios porque es una decisión puramente disciplinar y no teológica ni sacramental ni dogmática", apuntó.

El ex sacerdote considera que muy pronto se darán las condiciones para que se vuelva a lo tradicional y que haya nuevamente sacerdotes casados. Al respecto, indicó que en la actual conducción de la Iglesia aún hay una fuerte resistencia. No debe extrañar porque es una institución muy pesada y trabaja con siglos y no con el tiempo; de manera que su avance es lento. Sin embargo, cree que la presión para tener sacerdotes casados vendrá de abajo, porque el pueblo cree que no hay incompatibilidad de la vida consagrada con el matrimonio.

Consultado si la salida no sería crear una congregación de casados y que el celibato sea opcional, respondió que esa es la tendencia; es decir, que no sea obligatorio el casamiento del sacerdote, sino que sea una opción al igual que los que quieren seguir siendo célibes. Agregó que si hay gente que por motivos científicos son célibes, por qué no puede haber por cuestiones religiosas, pero no debe ser una condición necesaria para ser sacerdote.

Gutiérrez cree que el primer paso no será que los curas se casen, sino la ordenación sacerdotal de casados. Añadió que esta situación ya se da en la Iglesia Católica; hay sacerdotes casados del rito anglicano que pasaron con sus esposas a depender del Vaticano y hasta ejercen el ministerio. Esto significa que el proceso debe iniciarse en este sentido.

Al referirse a los escándalos que sacudieron a sacerdotes y obispos y que motivaron duros cuestionamientos del pueblo hacia el celibato, sostuvo que las experiencias vividas por algunos sacerdotes hizo que el pueblo tomara conciencia de la situación. Añadió que hay sacerdotes que antes de retirarse del ministerio, consultaron a la feligresía y la ciudadanía ha recibido con beneplácito la idea de que los sacerdotes se casen.

En Chile hay sacerdotes casados que prestan servicios a la comunidad, al igual que en Brasil, lo que demuestra que el pueblo los acepta.

Gutiérrez explicó que el gremio plantea un celibato opcional, sin descalificar a los célibes que deben continuar en el campo sacramental y ritual. El otro tipo de sacerdotes, el de los casados, debería dedicarse a la evangelización, al compromiso y acompañamiento de la gente.

Propone incluso replantear la idea de las macroparroquias por pequeñas comunidades que ya se están implementando. En ese sentido, los sacerdotes casados, muchos de ellos profesionales, pueden prestar servicio al pueblo no como un medio de vida y para ello no le molesta la familia, así como son los pastores evangélicos.

Algunos argumentan que la familia sería un estorbo, e incluso si hay escándalos ensuciaría más a la Iglesia. Al respecto sostuvo que la opinión es relativa. Aclaró que en la Iglesia actual la objeción es valedera, pero en la nueva Iglesia que irá emergiendo, esa objeción no vale, porque una familia es una pequeña Iglesia. "Se puede conformar una pequeña comunidad con los vecinos y no cobrarles nada porque yo puedo vivir de mi trabajo profesional".

Preguntado finalmente si los sacerdotes paraguayos retirados realizan servicio ministerial, indicó que nadie celebra sacramentos a no ser que por extrema necesidad, en caso de enfermedad, preste un auxilio, lo cual está establecido por el propio derecho canónico. Agregó que hay gente en otros países prestan su servicio en pequeños grupos.
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