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El doctor Cristian Miltos, neurocirujano especializado en cirugías de la columna del Hospital de Trauma, explicó que la visión del paciente no se ve alterada por la enfermedad, porque todo el resto del esqueleto compensa la situación. Dijo, además, que no existen cifras de cuántas personas padecen la dolencia. Agregó que cuando la escoliosis es leve, entre 10 y 25 grados de desviación, no da muchos síntomas. “El médico debería inspeccionar muy bien, y para ello existen diferentes técnicas, que normalmente el pediatra utiliza en consultorio según las alteraciones mencionadas con anterioridad. Cuando existe una sospecha, este solicita una radiografía o un estudio especializado cuyo nombre es espinograma. Una vez diagnosticado, el paciente debe acudir a un especialista”, explicó.
Destaco que cuando supera los 25° de curvatura y dependiendo de la estética del paciente, uno utiliza diferentes tipos de corsé. “Lastimosamente, esta estrategia ortopédica todavía sigue siendo muy incómoda, sobre todo para los niños, ya que estéticamente no es muy agradable. Asimismo, nuestra temperatura cálida es otro de los factores que suman para la intolerancia. El corsé no se utiliza para corregir la curvatura del paciente, sino más bien para que no se deteriore más la curvatura que ya tiene”, dijo. Cuando la curvatura supera los 40/45 grados, el tratamiento requiere un procedimiento quirúrgico.