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Víctor Florentín, padre de una postulante, comentó que su hija no ingresó en el primer intento (2016) a la carrera y que desde marzo de este año asiste a un cursillo privado. “Estamos analizando en familia y si estos precios muy elevados se aprueban, siendo sincero, no me va a dar el cuero para pagar. Vamos a tirar la toalla, vamos a probar otra carrera, en la UNA”, lamentó.
Arminda Vera, madre de una joven que sueña con ser médica, también dijo estar expectante por los costos que ocasionaría el cursillo obligatorio y que aún la facultad no define. “Se habla de montos altos, cuesta mucho así estudiar una carrera”, dijo.
Vera agregó que es funcionaria del Hospital de Clínicas y que se sacrifica mucho por hacer estudiar a su hija. “Para una trabajadora que accede a un sueldo casi justo para mantener una familia es muy difícil estudiar. Yo comparo con otras facultades y no es tanto así”.
El costo que se deberá abonar por el cursillo, admisión y exámenes supera los G. 5 millones. Esta suma es fuera de los otros imprescindibles gastos que se deben realizar para otorgar al postulante todas las herramientas necesarias para poder ingresar.
Extraoficialmente se estima que el cursillo costaría G. 3.800.000 y la matrícula G. 400.000.
Por derecho a rendir cada uno de los dos exámenes parciales se deberán pagar G. 300.000. El examen final también será de G. 300.000.
Estos montos son motivo de críticas porque una familia, de clase baja o media, se ve impedida de pagar y el estudiante es obligado a desertar por falta de dinero.
El decano, Laurentino Barrios, insta a pedir becas.