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La redacción de ABC Color recibió una serie de denuncias de vecinos que reportaron que hay desechos que no van a parar a Cateura sino que son arrojados en las zonas aledañas. Nuestro diario realizó un intenso recorrido por la zona del vertedero municipal y se topó con un problema aún más grave: basura arrojada al costado del río Paraguay en la zona de Cateura.
En las fotografías tomadas desde el Cerro Lambaré se observa una “corona” de desperdicios que rodea al vertedero asunceno, que forman una especie de muro de contención. Desde abajo, el panorama deja ver el peligro que representan los depósitos clandestinos de basura.
Fuentes confirmaron a ABC que los desperdicios son depositados por camiones volquetes que no ingresan a Cateura que, en lugar de pagar el canon por ingresar al vertedero, optan por arrojar sus desperdicios en los patios traseros de los gancheros. Desde allí, se procede al trabajo de selección de basura que consiste en separar lo reciclable de lo orgánico, una tarea que se lleva a cabo a la intemperie, sin ningún tipo de protección ni control de las autoridades, léase Secretaría del Ambiente (Seam), Municipalidad de Asunción y la unidad ambiental del Ministerio Público, aparte del Ministerio de Salud, teniendo en cuenta la exposición de las familias a la basura y a la contaminación.
La basura que sobra, es decir, la que no puede ser reciclada, queda en los patios, a la vera del río. Gran parte de estos desperdicios entra en contacto con las aguas, contaminando las lagunas y el propio cauce a raíz del lixiviado que aportan estos desperdicios.
Durante nuestro recorrido, los gancheros se percataron de la presencia del equipo y, con un actitud hostil, permanecieron parados, acompañando el trayecto con una amenazante mirada. La manera criminal en la que se tratan los desperdicios en Asunción forma parte del grave drama social que representan las poblaciones desprotegidas que, en su afán de conseguir el sustento, recurren a cualquier práctica sin importar las consecuencias que esta pudiera tener.
La capital del país está rodeada de agua contaminada con desperdicios. La falta de tratamiento, la irresponsabilidad en el manejo y el desinterés de las autoridades son un peligroso “cóctel” que afecta a la población en forma silenciosa, desde los lugares más recónditos de la ciudad.
olopez@abc.com.py