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Unos 200 fieles participaron ayer de la misa de Navidad, que comenzó a las 11:00 en la Catedral Metropolitana. El celebrante, monseñor Valenzuela, ingresó en procesión con otros religiosos y con el acompañamiento del coro Schola Cantorum, de la Arquidiócesis de Asunción.
Durante su homilía, el arzobispo señaló que todo el día estamos absorbiendo malas noticias, como asaltos, pobreza, muertes, lo que influye en las personas con desesperanza. “La gente está hastiada, cansada de las malas noticias. Por eso, los católicos debemos ser portadores de buenas nuevas, de las buenas noticias que nos enseña la Palabra de Dios”, dijo Valenzuela.
Agregó que aquellos que aceptaron la Palabra de Dios se convierten en su familia y esa es la buena noticia que trasciende la historia, trasciende los siglos y los corazones. Pidió llevar el mensaje de Dios a los jóvenes. “Nuestros jóvenes necesitan de sus padres y educadores, necesitan de la iglesia, para que ellos puedan escuchar este mensaje y comprometerse a ser transformadores de una historia de salvación, justicia y de paz”, destacó el arzobispo.
Recordó que varios de nuestros jóvenes viven en una pésima situación, sin embargo, “la fe, la Palabra de Dios y los alimentos los ayudarán para que ellos, como nosotros, puedan alabar a Dios y ser dignos misioneros, discípulos de Jesús”, manifestó. Luego de la celebración, varios quedaron a admirar el pesebre que se armó en uno de los extremos del altar mayor.