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“Reciben los medicamentos en donación, una de las dos camionetas la usa la parentela del presidente. La institución se abre solo de 8:00 a 11:00. Ya no quiero seguir colaborando para beneficiar a los empleados y el entorno del presidente Díaz”, dijo a la vez de acusar al veterano de nepotismo porque su hija Aida Díaz, administradora, y su nieto político, asesor jurídico, Christian Martínez, son quienes verdaderamente manejan la institución. Lamentó que la institución en la que su marido fue funcionario durante 30 años no cumpla con ella con la asistencia y la solidaridad que pregona.
“Comenzamos de cero en la institución que está en quiebra. Asumí como presidente en el 2013, cuando el presidente anterior, Juan José Ríos falleció. Cuando eso se denunció que se autofacturaba sin control y había muchas irregularidades en cuanto al manejo de los fondos producto de la venta de los locales de la UPV Chaco”, dijo Pastor Díaz. Agregó que por eso ahora trabaja con su hija, que es funcionaria de la institución desde el 2005, y su yerno, quienes merecen su confianza en los manejos administrativos y económicos.
“Para no vender los locales, pedimos varias veces al Parlamento que la institución se convierta en fundación, con presupuesto del Estado”, concluyó Díaz.
Aclaró que tienen más de 40 empleados, la mayoría con más de 20 años de antigüedad y unos 120 asociados que pagan un precio que oscila entre 20.000 y 50.000 guaraníes mensuales. Afirma que solo ingresan unos G. 22.000.000 al mes y el gasto mensual es de más de G. 50.000.000.