Piden a jóvenes católicos llevar abrazo de Jesús a los que viven en los vicios

La clausura del Congreso Eucarístico Arquidiocesano se realizó ayer en la Catedral Metropolitana, donde los fieles llenaron el templo. El arzobispo pidió a los jóvenes llevar el abrazo de Cristo a sus pares más necesitados.

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Además de la clausura del congreso, fue celebrado el Corpus Christi, cuyo día fue el jueves, pero la recordación se hizo en la misa de ayer. Como ya es costumbre en la Catedral, el pasillo principal del templo estuvo adornado por una imponente alfombra de arroz y flores para que sobre ella se hiciera la procesión del Santísimo Sacramento, al término de la celebración.

El centenario templo estuvo lleno de fieles, en su mayoría jóvenes, a quienes fue dirigida la homilía del Arzobispo Edmundo Valenzuela. Al final de su prédica, el monseñor reflexionó sobre el compromiso que dejó el Congreso Eucarístico. “Queridos jóvenes, quiero invitarles a tomar tres direcciones para que desde la Eucaristía hagamos de la vida de ustedes un signo elocuente de vida nueva. La primera dirección es abrazarse a Cristo Jesús, lo que implica asumir su cruz. Un joven no teme al sacrificio, a la generosidad, a la entrega de si por el bien de otro joven. Porque la amistad que dirige Jesús es una amistad constructiva, hermosa y lleva a la alegría, en el cumplimiento del propio deber”, indicó.

Mencionó como segunda dirección que el abrazarse a Cristo Jesús es alimentarse del amor, de la amistad, de la Eucaristía de Cristo. Alimentarse para crecer, alimentarse para ser robustos contra el mal, el pecado y alimentarse para ser útiles y sanos, al servicio de los demás, destacó el obispo.

Como última dirección mencionó que el abrazarse a Cristo significa que se es misionero, llevando a otros el abrazo de Jesús, a quienes viven en los vicios, en la miseria existencial, a quienes no conocen afecto, no tienen amigos, viven al margen de la Iglesia y de la sociedad. “Un joven católico, alimentado con la Eucaristía es un apóstol y una antorcha de amor, justicia y paz. Que María Santísima, la Madre de todos, especialmente de los jóvenes, interceda por ustedes, para que descubran la amistad de Jesús y sean portadores de esa amistad a otros jóvenes”, manifestó. 

La fiesta, que también se vivía en la explanada de la Catedral, no se vio afectada por el breve chaparrón que cayó en el microcentro, al contrario, avivó más el entusiasmo de los presentes.

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