Pasar de grado para tocar al Niño Jesús

Sara Servián (77), fundadora del Hogar Mitã Raity, dijo que le marcó la vida el hecho de no haber pasado de grado un año y que por ello no le permitieron tocar al Niño Jesús, en el pesebre. Le sirvió de lección, fue una alumna sobresaliente y ahora apoya a los niños a ser mejores.

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Doña Sara Servián, que hace 10 años da de comer a unos 300 niños del barrio Tablada de Asunción, recuerda de su niñez, el olor a la flor de coco, las estatuillas hechas de barro, el ka’avove’i para armar el pesebre, las frutas de estación y el juego con sus siete hermanos y sus amiguitas: Chona, Mercedita y María Luisa, con quienes recorría para ver los pesebres del barrio.

Recuerda con gratitud a su abuela “Tita” y sus padres: Manuel Servián y Delicia Estigarribia (hija del hermano mayor del Mariscal Estigarribia), que eran “maravillosos” y le enseñaban con el ejemplo a ser una persona de bien.

Doña Sara contó que en el Hogar Mitã Raity cuentan con una panadería donde ya prepararon 800 panes de Navidad, y que al hornearlos recuerda cuando su padre trajo por primera vez a su casa un pan dulce y lo compartió con sus amiguitas del barrio.

Dijo que la Nochebuena y la Navidad eran de reunión familiar, de juegos, de cantos, de anécdotas y nadie explotaba bombas.

Manifestó que tuvo una niñez llena de amor y que por eso le producen una inmensa alegría los 300 niños de Mitã Raity, que le permitieron realizarse como madre.

“Deseo tanto que en el barrio Tablada, el Gobierno instale una microindustria de desodorante de ambiente. Y que la producción sea vendida en los hospitales y cuarteles para que las mujeres pobres se ganen el sustento diario, en forma digna, y no reciclando basuras”, acotó y agregó que actualmente, en la sala de costura del hogar, tienen para la venta manteles, sábanas, cubrecamas y mosquiteros que las madres realizaron con mucho esmero.

Doña Sara recordó muy especialmente la Navidad de 1970. Ella tenía solo 7 años. Sus padres les prohibieron tocar la imagen del Niño Jesús que estaba en el pesebre de su casa porque no pasó de grado.

“Ese hecho me marcó y nunca lo olvidé. Aprendí la lección de vida que me dieron mis padres. Me superé año tras año, en el estudio y terminé la secundaria con notas sobresalientes”, recordó. Agregó que el lunes 23 de diciembre, los niños del hogar recibirán un almuerzo especial. Y entre los mejores alumnos se sortearán 10 bicicletas. Es una forma de reprisar la lección de vida aprendida en la Navidad de su niñez: pasar de grado con buenas notas para tocar al Niño Jesús en el pesebre.

eolmedo@abc.com.py

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