Pasajeros deben entrar a la ciudad en horarios diferenciados, sostienen

En Google la frase “pésimo transporte público en Paraguay” arroja unos 53.600 resultados en 0,12 segundos. Según los empresarios, el hacinamiento, así como otros males que afectan al servicio, se podría mejorar si el Estado determina horarios diferenciados para ingresar a la ciudad. El factor “campana”: ellos definen cuándo acelerar o regular la marcha.

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El empresario agregó que el Poder Ejecutivo debe regular el ingreso de los estudiantes y de los funcionarios públicos mediante un decreto. “Luego se verá cómo tenemos un tráfico más fluido. Todo es cuestión de que todos los pasajeros no tengan que moverse al mismo tiempo”, insistió.

Para los usuarios, la respuesta de Ruiz Díaz no se ajusta a la realidad. “Cómo vamos a regular la entrada a nuestros trabajos. Uno va temprano al trabajo porque necesita varias horas para producir algo. No podés empezar a las diez si querés salvar por lo menos el pan”, se quejó Alfredo Martínez, quien es usuario de la Línea 27 y espera el bus sobre la Avenida Eusebio Ayala.

Todo es cuestión de biografía: Ruiz Díaz vive movilizado en su Mercedes Benz blanco, mientras los pasajeros sobreviven dentro de los buses. “Los choferes bien pueden cargar solo lo necesario, pero nunca lo hacen, eso es lo que pedimos: respetar la capacidad máxima de un colectivo”, comentó Fany Filártiga.

Maltratos

El transporte público ha democratizado el maltrato. Eusebio Ayala es la vía de circulación más conflictiva para los usuarios, pero es rentable para los empresarios.

En dicha artería operan unas 1.007 unidades, cada una, transporta un promedio de 400 personas por jornada, lo que se traduce en una venta de 402.800 boletos. Esta cifra deja una recaudación diaria de unos G. 926.440.000.

El viaje solo existe si hay problemas. De repente, un bus que circulaba con la velocidad conveniente para observar vidrieras, se dispara como alma que persigue el diablo. El motivo: los denominados campanas.

En la Avenida Eusebio Ayala trabajan unos 2.014 conductores, pero también trabajan exconductores que, a cambio de unas monedas, le dicen al chofer que la competencia pasó hace 15 minutos y que deben acelerar. “Los campanas son en su mayoría exchoferes. Son ilegales”, mencionó Ruiz Díaz.

En Google la frase “pésimo transporte público en Paraguay” arroja unos 53.600 resultados en unos 0,12 segundos. En la realidad, unas 750.000 personas siguen padeciendo los déficits de este servicio que mueve más de G. 3.000 millones por día.

Dudas sobre la solución

En el servicio de transporte público, el hombre que produce las goteras en el techo es el mismo que luego te quiere vender el impermeable. Al menos esta es la interpretación de algunos funcionarios de Setama que prefirieron el anonimato. “Esta historia es para poder cubrir el tiempo muerto, donde los buses circulan sin estar llenos, solo para eso”, comentaron.

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