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Velázquez indicó que la postura del papa Francisco sobre el rol de las mujeres es una invitación a reflexionar profundamente sobre su presencia en la Iglesia y sobre todo la misión que tuvo María en la historia de la salvación.
El religioso reconoció que mucha veces se ha relegado a la mujer y el Papa pide ahora revisar esa actitud. Puso el ejemplo de Santa Catalina de Siena, que en momentos difíciles de la Iglesia tuvo una misión esencial para evitar un cisma.
Para el sacerdote, la visión que tienen las mujeres de la vida ayuda a confrontar posiciones radicalizadas del varón. “La mujer tiene mayor sensibilidad para cosas de Dios; mayor predisposición para enfrentar el día a día, virtud que no aparece fácilmente en el varón, que quiere otro tipo de curaciones ante las dificultades cotidianas”, resaltó.
Agregó que estas evasiones fácilmente pueden llevar a vicios, y se observan cuando las mujeres manifiestan predisposición a ir a misa mientras que los varones prefieren otras ocupaciones.
Lo que dijo el Papa
Francisco resaltó en una entrevista con una revista jesuita que “la Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel que esta desempeña. La mujer es imprescindible para la Iglesia. María, una mujer, es más importante que los obispos. Digo esto porque no hay que confundir la función con la dignidad”.
“Es preciso, por tanto, profundizar más en la figura de la mujer en la Iglesia. Hay que trabajar más hasta elaborar una teología profunda de la mujer. Solo tras haberlo hecho podremos reflexionar mejor sobre su función dentro de la Iglesia”, añadió.
“El papel de la mujer en la Iglesia no es sólo la maternidad, es más fuerte, es el icono de la Virgen, la que ayuda a crecer a la Iglesia”, expresó también en una entrevista al término de la Jornada Mundial de la Juventud. Agregó que no se puede entender a la Iglesia sin mujeres y, a modo de ejemplo, citó el caso de Paraguay, de cuyas mujeres dijo que son las “más gloriosas de América Latina”. Explicó que, tras la guerra en ese país, había ocho mujeres por cada hombre y ellas tomaron “la decisión difícil de tener hijos para salvar al país, a la patria, la cultura, la fe y la lengua”.