Palma, recuerdo de nuestras vanidades y orgullo

La calle Palma es un símbolo del orgullo asunceno de antaño, es el punto neurálgico de nuestras manifestaciones patrióticas más sublimes. Significa recuerdos de juventud, de romanticismo y de jolgorio primaveral en cualquier época del año. Es un símbolo de nuestras vanidades mejor entendidas. La principal arteria comercial y recreativa de Asunción y del país hoy se ve derruida y pauperizada.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2074

Cargando...

Podría decirse que la calle Palma es tan antigua como Asunción. Sin embargo, las referencias históricas nos dan como fecha de “origen” –al menos del nombre– el 1° de abril de 1849, cuando un Decreto de Carlos A. López bautizó como “Calle de la Palma” a “la que sube a la fábrica de balas” y refiriéndose al emblema del escudo nacional adoptado por el Congreso Extraordinario de 1842.

A poco de terminar la Guerra de la Triple Alianza, el 4 de agosto de 1874 comenzó la pavimentación de las primeras calles de al ciudad y entre ellas la de “Calle de la Palma” desde la calle de la Aduana hasta la de Loreto (México).

Palma siguió siendo protagonista de la vida en tiempos de la reconstrucción nacional y fue progresando a tal punto que en 1914 se le colocaron los célebres adoquines de madera como pavimentación en el tramo entre Alberdi y 14 de Mayo, para convertirla en el mejor punto de encuentro. Como los adoquines se levantaban con el paso de cada raudal la obra quedó sin efecto.

El Petit Boulevard era un sitio reunitivo por excelencia donde estaban los locales más famosos de la ciudad, entre hoteles como el Hispano Americano, el Bazar Inglés, el Centro Español, la Librería y Papelería Nacional, la firma Ríus & Jorba y el bar Polo Norte, según los “Recuerdos de Entrecasa” de Luis Verón.

En Palma tenían lugar todos los acontecimientos importantes de la vida nacional, como en gran Desfile de la Victoria tras la Guerra del Chaco, en 1935.

La arteria siguió conquistando a los paraguayos con el paso del tiempo, a tal punto que la “palmeada” se volvió una tradición sabatina que llegó a su máximo esplendor en los sesenta y setenta.

Según publicaciones de la época, la primavera ingresaba siempre por la calle Palma, que reunía a los jóvenes en agradable festejo. Se repartían flores, perfumes y dulces en medio de las celebraciones.

Los desfiles de cada fecha importante del año, las celebraciones religiosas más concurridas, las marchas, los festejos deportivos, todos confluían en Palma. Incluso, la celebración del golpe del 2 y 3 de febrero de 1989 hizo que una multitud llegara a Palma a festejar la libertad.

Varias actividades del Bicentenario de la Independencia, hace dos años, también tuvieron como centro a la calle Palma.

Paradójicamente a su relevancia en la vida de los paraguayos, la calle Palma es hoy la gran abandonada de las autoridades municipales, aunque siempre figura en sus planes de gobierno el “hermoseamiento”, “recuperación” o “peatonalización”.

En vísperas del 202° aniversario patrio, presenta un aspecto derruido y de dejadez: faroles rotos, basura acumulada en sus rincones, canteros maltrechos, quioscos pintarrajeados, el cablerío entretejido, mezcolanza de plantas y veredas rotas o incompletas son las “perlitas” que atraen las miradas.

No existe uniformidad de criterios en los baldosones utilizados en las veredas, no hay rejillas de protección para las plantas y se ve una mezcla de diosa y pantera en la elección de especies; conviven el pindó y los naranjitos, con ficus y ligustrinas poco cuidadas y de mal gusto.

La Calle Palma debería ser una prioridad para la administración municipal y no ser el reflejo de una imagen de pauperismo urbano que pasará a formar parte de las postales del visitante.

pgomez@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...