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Lo concreto es que el fundador del nuevo Partido de la A se acomodó en el sillón como todos sus antecesores y permitió que continuara el sistema corrupto y perverso –como él mismo calificó– que genera millones de ingresos para los inescrupulosos.
En los pasillos del mercado se habla de un poder de facto de los políticos colorados y liberales que meten a sus operarios para recaudar.
Mencionan, por ejemplo, a la eterna concejal colorada Fabiana Benegas, dirigente de la Seccional Colorada 24 de Asunción, quien desde que se produjo el incendio nunca pisó el local, pese a que es la titular de la Comisión de Mercados de la Junta Municipal. Benegas es esposa del exdiputado Raúl Sánchez. Su hijo Raúl Sánchez Benegas es precandidato a diputado por el grupo del exintendente de Asunción Arnaldo Samaniego, también aspirante a un escaño de la Cámara Baja. Otro nombre que suena como responsable de la corrupción en el Abasto es el del concejal liberal Augusto Wagner. Ninguno de los políticos citados dio su versión sobre las graves acusaciones.